El cambio climático y la disrupción tecnológica están transformando a las empresas. Ser una empresa sostenible implica tener en cuenta la triple dimensión de la sostenibilidad: ambiental, social y económica. Lo que va a distinguir a las empresas son sus valores y comportamiento y de qué forma creen en ellos. Las organizaciones no solo se enfrentan al reto de ser sostenibles, sino que deben ser capaces de transmitir y comunicar este compromiso. Ante la exigencia generalizada de transparencia, gobernanza y trazabilidad, es preciso construir narrativas de sostenibilidad basadas en estrategias reales y objetivos ambiciosos e interactuar con los ciudadanos, los interlocutores sociales y otros grupos de interés. La comunicación sostenible debe, asimismo, concienciar y educar a la sociedad.