La sigla ESG (Enviromental, Social and Governance, en inglés) corresponde a los estándares que las empresas deben cumplir para disminuir su impacto en el medioambiente, en la sociedad y en el buen gobierno corporativo.
Los estándares ESG son un rayo de esperanza en la construcción de un mundo sostenible para los seres humanos y la naturaleza; una contribución esencial para la implementación de los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible, establecidos por Naciones Unidas¹ en el año 2015.
Jorge Neri Bonilla, editor de Cambio16, CEO del Grupo EIG Multimedia y presidente de Fundación Cambiemos
Los estándares ESG tienen el objetivo de minimizar el impacto de las empresas en el ámbito ambiental, social y del buen gobierno corporativo:
Los estándares ESG mejoran el mundo corporativo y lo hacen más cónsono con los intereses humanos y de la naturaleza. La buena voluntad de los directivos y ejecutivos de las empresas no basta para impulsar el cambio. Se requiere un compromiso y un aliciente más allá de la buena imagen: ganancias reales, tangibles. Los ESG representan un negocio exitoso para las empresas; mejoran los rendimientos económicos. Los objetivos de los estándares ESG y los intereses pecuniarios de las empresas están alineados.
Los ingresos aumentan cuando se mejoran los aspectos medioambientales, sociales y de gobernanza en las empresas. Cumplir los estándares ESG ayuda a las empresas a lograr mejores términos de financiación, conseguir nuevos inversores, incrementar la clientela y fidelizarla, además de construir poderosas ventajas competitivas frente a sus competidores. Simultáneamente, contribuyen a mejorar la calidad de vida de las personas con las que interactúan y a preservar la calidad del medioambiente en donde ejercen su actividad.
Las empresas que adoptan estrategias contra el cambio climático contribuyen a la salud del planeta y también pueden disfrutar de beneficios financieros a largo plazo y atraer a consumidores e inversores preocupados por la sostenibilidad.
Las empresas éticas y transparentes construyen relaciones más sólidas y productivas con sus empleados, proveedores, clientes y comunidades, que normalmente se traducen en negocios de calidad y alta productividad. Un buen gobierno corporativo tiene la confianza de los inversores y del mercado.
El reto es establecer parámetros y métricas diáfanas para el seguimiento y valoración de los estándares de ESG que sean fáciles de entender y valorar por los financistas, inversores, empleados, consumidores y sociedad en general. Sin lenguaje engañoso ni manipulaciones. Ajeno al greenwashing, el lavado verde o social, que presenta una apariencia de cumplimento de los estándares ESG para aprovecharse de sus beneficios.
No hay nada oculto bajo el sol, y las consecuencias serían desastrosas. El dinero –financistas e inversores– está buscando empresas comprometidas con la implementación de planes de sostenibilidad con los criterios ESG. Sabe que es bueno para el negocio, para la sociedad y la naturaleza. Cada vez son más populares las estrategias de inversión socialmente responsable, como los fondos de inversión ESG.
Además, se están incorporando las agencias de calificación de riesgo y las crediticias aplicando los estándares ESG en las valoraciones de riesgo y rendimiento de las empresas.
En conclusión, los estándares ESG no solo son el camino hacia un modelo de vida más humano, justo y regenerativo, sino que también son un buen negocio para las empresas que los aplican. Los ESG son un llamado a la acción a las empresas que desean prosperar en un futuro orientado por la ética, la transparencia, la responsabilidad y la sostenibilidad.