Un estudio complejo y con rigor científico podría hacer tambalear la tesis que endosa al hombre y a su activismo industrial, vinculado a la emisión de gases de efecto invernadero, el aumento global de la temperatura. La Oficina Central de Estadísticas de Noruega publicó un documento de debate (trabajo de investigación sobre el cual los autores desean interactuar) referido al comportamiento de la temperatura. La entidad gubernamental, dedicada a levantar datos y cifras, decidió adentrarse en la «crisis climática» y desafiar algunos ‘dogmas’ del poder global.
En los últimos año a ciencia climática mostrado los peligros del calentamiento global y las formas de detener y revertir la emisión de estos gases que empujan al caos climático. El Panel Intergubernamental del Cambio Climático (IPCC) lidera estas investigaciones y se erige como la voz autorizada en el tema. En su último informe reitera que “las emisiones de gases de efecto invernadero procedentes de las actividades humanas son responsables de aproximadamente 1,1 °C de calentamiento desde 1850-1900”. Agrega que como consecuencia de las emisiones la temperatura en la superficie terrestre se ha elevado más rápido desde 1970 que en cualquier otro período de 50 años durante los últimos 2000 años. calentamiento que aumenta a un ritmo más de 0,2 °C por década. Una magnitud sin precedentes.
Sin embargo, el estudio noruego revela que “una característica de las series de temperaturas observadas durante los últimos 200 años es que consistentemente muestra ciclos largos y una tendencia creciente”. Surgen dos preguntas: si este desarrollo es parte de un ciclo que es análogo a variaciones de temperatura anteriores o un cambio sistemático del nivel de temperatura durante este período.
Statistisk Norway en el papel de trabajo titulado ¿En qué medida están cambiando los niveles de temperatura debido a las emisiones de gases de efecto invernadero?, hace algunas aclaratorias y levanta muchas inquietudes. Dice que “aunque las temperaturas de los últimos años se desvíen sistemáticamente de las variaciones en épocas anteriores, todavía es complicado cuantificar cuánto del cambio se debe a las emisiones de CO2”. Subraya que el propósito de la investigación es el debate sobre “si se puede demostrar qué parte del aumento de temperatura durante los últimos 200 años se debe a las emisiones de gases”.
La investigación, realizada por John K. Dagsvik y Sigmund H. Moen profesores de la Universidad de Oslo, considera que “es difícil establecer en qué medida este cambio se debe al aumento de las emisiones de dióxido de carbono y otros gases son provocadas por el hombre”. En la actualidad aparentemente existe un alto grado de consenso entre muchos investigadores del clima, que el aumento de temperatura de las últimas décadas es sistemático (y en parte provocado por el hombre)”. Y es la impresión que transmiten los medios de comunicación. Sin embargo, el estudio indica que es casi imposible obtener una descripción general y una comprensión de la base científica de dicho consenso.
Statistisk Norway intentó hacer la tarea. Su estudio incluye datos de temperatura de 96 estaciones meteorológicas seleccionadas en todo el mundo y de datos de temperatura reconstruidos del hemisferio norte en los últimos dos milenios. Advierte que las series de temperaturas registradas suelen exhibir tendencias y ciclos locales que a veces parecen persistir durante varias décadas. La dificultad para resolver este asunto se debe a que las series temporales de datos de temperatura disponibles es limitada. Pocas tienen más de 250 años, que puede parecer mucho tiempo, pero no lo es cuando se trata de examinar propiedades como la estacionariedad y la dependencia de largo alcance.
Moberg y sus colaboradores reconstruyeron las temperaturas anuales desde 1979 hasta el año 1 d.C. Se basaron en información procedente de perforaciones de hielo, anillos de árboles, sedimentos de lagos y otras fuentes. Los datos cubren un rango de tiempo bastante largo. La investigación le sigue la pista a los cambios de temperatura y la emisión de gases de efecto invernadero. Primero, analizaron si el proceso de temperatura es estacionario. Aplicando una prueba no paramétrica tanto a los datos observados como a los reconstruidos. Después, aplicaron argumentos teóricos para justificar un sistema cuyo comportamiento intrínseco no es determinista para el alza de la temperatura. Los parámetros del modelo se obtuvieron de datos observados y reconstruidos. Sin embargo, dado que se trata de reconstrucciones, no se puede descartar la posibilidad de que el error de medición sea sustancial.
La cuestión central es determinar si este desarrollo forma parte de un ciclo análogo de las variaciones de temperatura anteriores. También, si se ha producido un cambio sistemático en el nivel de temperatura como resultado de las emisiones de gases provocadas por el hombre. Incluso, si las temperaturas de los últimos años se desvían sistemáticamente de las variaciones de épocas anteriores, sería complicado cuantificar en qué medida este cambio se debe a las emisiones de CO2.
Los autores reiteran que el propósito de la investigación es discutir qué parte del aumento de temperatura de los últimos 200 años se debe a las emisiones de gases de efecto invernadero. «Las pruebas estadísticas muestran una falta de coherencia entre las variaciones en las predicciones de temperatura de los modelos climáticos globales y las variaciones en las series de temperatura global construidas”.
En los capítulos finales de la investigación se presentan los resultados de un análisis estadístico de series temporales observadas de datos de temperatura en diferentes partes del mundo. El seriado de temperatura está actualizado hasta 2021.
Los investigadores encontraron que el efecto de las emisiones de CO2 en los últimos 200 años «no es lo suficientemente fuerte como para provocar cambios sistemáticos en las fluctuaciones de temperatura”. Utilizando argumentos teóricos y pruebas estadísticas, el efecto de las emisiones de CO2 provocadas por el hombre no parece ser lo suficientemente fuerte como para causar cambios sistemáticos en las fluctuaciones de temperatura durante los últimos 200 años.
La publicación catalogó de “desafiante” el texto. “Pero lo realmente incómodo es que una investigación de una agencia gubernamental se atreva a abordar abiertamente tantas cuestiones que el establishment ha pasado décadas declarando tabú. Desde los registros históricos sobre el clima hasta la existencia de una enorme incertidumbre entre los científicos al respecto”.
Climate Discussion Nexus calificó de “herejía” la investigación de la oficina de estadística de Noruega. En especial cuando indica que “los resultados del análisis destacan que con el nivel actual de conocimiento, parece imposible determinar en qué medida el aumento de temperatura se debe a las emisiones de CO2”.