Las inundaciones y los deslizamientos de tierra causaron muertes y daños graves en Barangay Bunga, en Filipinas, abril de 2022/ Floodlist

Asia acumula un grueso y desolador registro de climas extremos en los últimos años: sequías pavorosas e inundaciones terribles. Solo en 2022, se produjeron 81 desastres relacionados con el tiempo, el clima y el agua, de los cuales el 83 % fueron crecidas y tormentas. Más de 5.000 personas perdieron la vida y más de 50 millones de personas se vieron directamente perjudicadas en su salud y medios de sobrevivencia. Mientras las pérdidas económicas superaron los 36. 000 millones de dólares, señala un informe.

Los impactos de los fenómenos meteorológicos desbordantes y del cambio climático se están intensificando en Asia, donde las sequías se alternaron con las crecidas en 2022. Arruinando la vida de las personas y destruyendo viviendas, escuelas, infraestructuras y cultivos. La fusión de los hielos y los glaciares y el aumento del nivel del mar amenazan con provocar mayores perturbaciones socioeconómicas en el futuro, según se desprende de un estudio de la Organización Meteorológica Mundial.

Asia, el continente con la mayor masa terrestre que se extiende hasta el Ártico, se está calentando más rápidamente que la media mundial. La tendencia al calentamiento en Asia en 1991‑2022 prácticamente duplicó la correspondiente al período 1961‑1990, precisa el informe ‘State of the Climate in Asia 2022’ de la OMM.

“En el informe se resumen los climas extremos en Asia durante 2022. Ese año se observaron condiciones más secas de lo normal y sequías en muchas zonas de Asia. En particular, China sufrió condiciones prolongadas de sequía, lo cual incidió en la disponibilidad de agua y el suministro de energía. Las pérdidas económicas causadas por estas alteraciones climáticas en China superaron 7.600 millones de dólares. En cambio, en Pakistán, se produjeron inundaciones de consecuencias catastróficas”, explicó Petteri Taalas, Secretario General de la OMM.

Asia y los climas extremos

La mayoría de los glaciares de la región de alta montaña de Asia experimentaron una intensa pérdida de masa como resultado de las condiciones excepcionalmente cálidas y secas de 2022, con intensas olas de calor. Esta situación tendrá importantes repercusiones para la seguridad alimentaria e hídrica y los ecosistemas en el futuro.

La temperatura media en Asia en 2022 fue la segunda o la tercera más cálida de la que se tiene constancia y superó en alrededor de 0,72 °C la media del período 1991-2020. Esta media se situó en 1,68 °C, aproximadamente, por encima del período de referencia 1961‑1990 de la OMM para el cambio climático.

Las sequías afectaron a muchas partes de la región, con lo cual se redujo la disponibilidad de agua. En contraste, las graves inundaciones que asolaron al Pakistán causaron numerosas muertes y cuantiosos daños económicos. Este país recibió el 60 % de las lluvias monzónicas totales normales en un plazo de solo tres semanas. A partir del inicio de la estación del monzón en 2022. De acuerdo con la Autoridad Nacional de Gestión de Desastres, se vieron afectados más de 33 millones de personas, casi el 14 % de la población de Pakistán en 2022.

Los glaciares de la región de alta montaña de Asia han perdido una masa importante durante los últimos 40 años, y la pérdida se está acelerando por los climas extremos. En 2022, las condiciones excepcionalmente cálidas y secas exacerbaron la pérdida de masa de la mayoría de los glaciares. En el glaciar Urumqi n.o 1, situado en la parte oriental de Tien Shan, se registró el segundo balance de masa negativo más alto. De -1,25 metros de equivalente en agua, desde el inicio de las mediciones en 1959.

Alteraciones climáticas, la nueva normalidad

Estos climas extremos continúan con gran ímpetu en Asia este año. El continente más grande y poblado del mundo está enfrentando los efectos mortales de estas alteraciones en este verano. Los países soportan olas de calor abrasadoras y lluvias monzónicas récord. Y los gobiernos advierten a los residentes que se preparen para más situaciones similares o peores.

En julio, lluvias torrenciales inundaron partes de Japón, China, Corea del Sur e India. Alterando la vida de millones y provocando inundaciones repentinas, deslizamientos de tierra y cortes de energía. Las temperaturas récord también provocaron un aumento de las enfermedades relacionadas con el calor Y afectaron a las comunidades vulnerables, como los ancianos.

Al menos 41 personas han muerto en Corea del Sur en los últimos días y miles más se han visto obligadas a evacuar sus hogares y buscar refugio temporal. En respuesta a la pérdida de vidas, el presidente del país, Yoon Suk Yeol, pidió una revisión del enfoque del país frente al clima extremo.

“Este tipo de fenómeno meteorológico extremo se convertirá en un lugar común. Debemos aceptar que el cambio climático está ocurriendo y enfrentarlo”, señaló Yoon.

En el vecino Japón, lluvias sin precedentes en el suroeste del país provocaron inundaciones devastadoras que dejaron al menos seis muertos y decenas de personas siguen desaparecidas, reseñó CNN.

“Está lloviendo como nunca antes”, dijo un portavoz de la Agencia Meteorológica de Japón. Es un patrón que se observa en toda la región, desde partes de Filipinas y Camboya en el sur. Donde las inundaciones generalizadas han provocado interrupciones en el transporte en las principales ciudades. Incluidas las capitales Manila y Phnom Penh, hasta partes de la India más al norte, donde las lluvias récord paralizaron varios estados y cobraron la vida de decenas, según funcionarios.

La naturaleza se defenderá

En Delhi, la capital de la India, el 10 de julio fue el día más lluvioso en más de 40 años, según las autoridades. Los fuertes aguaceros forzaron el cierre de escuelas y dejaron a muchos vulnerables sin refugio.

Científicos advierten que la frecuencia y la intensidad de los fenómenos meteorológicos extremos seguirán aumentando a medida que se acelere la crisis climática. En su actualización sobre los climas extremos de Asia, la OMM sostiene que el mundo está en camino de romper un umbral climático crítico en los próximos cinco años. Conforme las temperaturas globales continúan subiendo por encima de los niveles preindustriales.

Asia, con una población total estimada de 4.400 millones de personas, es extremadamente vulnerable a los impactos del cambio climático. Con episodios recientes de clima extremo que resultaron en escasez de agua, malas cosechas y una desaceleración de la economía.

Esa vulnerabilidad se puso de manifiesto en 2022 cuando las catastróficas inundaciones azotaron a Pakistán, matando a más de 1.700 personas y dejando a millones sin hogar.

El país del sur de Asia ahora está lidiando con su peor crisis económica en décadas. Empeorada por la inflación que se disparó debido a las inundaciones que arruinaron las cosechas del año pasado.

“Una cosa está muy clara: lo que sucedió en Pakistán no se quedará en Pakistán”, dijo el primer ministro Shehbaz Sharif en la ONU en septiembre. Resaltó que el cambio climático no perdonará a los países.

Consideró además que “toda la definición de seguridad nacional ha cambiado. A menos que los líderes del mundo se unan para actuar y actúen ahora en una agenda común acordada, no habrá tierra por la cual pelear guerras. La naturaleza se defenderá. Y para eso, la humanidad no es rival en absoluto”.