Después de 2 semanas y una prórroga de 48 horas, los 200 países reunidos en la COP27, en Egipto, acordaron en un paso histórico. Establecer un fondo de «pérdidas y daños» destinado a ayudar a los países vulnerables a hacer frente a los desastres climáticos. También, en la recta final y al calor de las presiones, reiteraron que el mundo necesita reducir las emisiones de gases de efecto invernadero en casi la mitad para 2030.
Al final de la intensa jornada anual sobre la crisis climática de la ONU, con cabeza fría surgen satisfacciones y decepciones. Más allá de los avances, grandes o pequeños, en la ciudad costera de Sharm el-Sheikh, se demostró una vez más que las decisiones se toman a última hora. En medio de tensiones y en horas de la madrugada. Ojalá las determinaciones de los líderes globales, en el día a día, no sean demasiado tarde.
En la ronda de negociaciones no se logró un acuerdo para eliminar gradualmente los combustibles fósiles. Luego de que varias naciones productoras de petróleo obstruyeran las maratónicas conversaciones.
Abordar el espinoso tema de la reducción de las emisiones de gases terminó solo en un intento. Varias naciones, incluidas China y Arabia Saudí, bloquearon una propuesta clave para eliminar todos los combustibles fósiles, no solo el carbón, reseñó la cadena de noticias CNN.
“Es más que frustrante ver que varios grandes emisores y productores de petróleo obstruyen los pasos atrasados en la mitigación. Y en la eliminación de las energías fósiles”, dijo la ministra de Relaciones Exteriores de Alemania, Annalena Baerbock en la cumbre.
En un tono similar, el jefe de clima de la Unión Europea, Frans Timmermans, dijo que la UE estaba «decepcionada» con el resultado final de la cumbre. “Lo que tenemos frente a nosotros no es un paso adelante suficiente para las personas y el planeta. Deberíamos haber hecho mucho más”, afirmó.
Sin embargo, el acuerdo alcanzado por la COP27 en la madrugada de este domingo de establecer un fondo para ayudar a los países más vulnerables del mundo a lidiar con pérdidas y daños representa un gran avance. Pese a la negativa mantenida hasta el final por varias naciones, incluidos Estados Unidos y la UE, los grandes y dinamizadores del tema climático.
Los negociadores y las organizaciones no gubernamentales que observaron las conversaciones elogiaron el acuerdo como un logro significativo. Luego de que las naciones en desarrollo y los pequeños países insulares se unieran para aumentar la presión.
“Los acuerdos alcanzados en la cumbre son una victoria para todo el mundo”, dijo Molwyn Joseph, presidente de la Alianza de los Estados Insulares Pequeños, en un comunicado. “Les hemos mostrado a quienes se han sentido desatendidos que los escuchamos, los vemos y les estamos brindando el respeto y la atención que se merecen”.
La creación del fondo también se convirtió en una de las principales demandas de los activistas que asistieron a la COP27. A diferencia de años anteriores, cuando grandes protestas y fuertes llamados a la acción se convirtieron en parte del evento, las manifestaciones fueron silenciadas este año. Las protestas son raras y en su mayoría ilegales en Egipto y el gobierno impuso límites a los manifestantes que asistieron a la cita.
Aún así, la mayor protesta de la cumbre se vio el fin de semana pasado, exigiendo pagos climáticos.
Alrededor de la COP27 ocurrieron y ocurren múltiples crisis: la guerra en Ucrania, la inflación global, la crisis energética. Y por supuesto, los desastres climáticos cada vez en ascenso e intensidad.
El mayor avance se produjo en el apoyo a las víctimas del clima. Los países en desarrollo obtuvieron en la COP27 el fondo de pérdidas y daños por el que lucharon, con la condición de que la carga de pagar no recaiga en los gobiernos ricos. Quién paga y quién se beneficia es una batalla para la próxima cumbre COP28, en los Emiratos Árabes Unidos.
Sin embargo, había poco para evitar que los contaminadores causaran más daños. Una propuesta para eliminar gradualmente todos los combustibles fósiles, no solo la energía del carbón a la que se apuntó en la cumbre del año pasado, no llegó a ninguna parte. La presidencia egipcia llegó a acuerdos de gas abiertamente al margen.
En la COP26, en 2021 en Glasgow, la presidencia impulsó «mantener vivo el 1,5», refiriéndose al límite de temperatura más ambicioso del Acuerdo de París. Y nombró al carbón como un problema por primera vez, y los países acordaron reducir gradualmente su uso.
En Sharm el-Sheikh, India, que depende del carbón, buscó convertir el calor en otros combustibles fósiles. Esto fue aprovechado por una amplia coalición de más de 80 países desarrollados y vulnerables, pero no por la presidencia egipcia. Según Climate Home News, Egipto nunca incluyó el lenguaje de eliminación de combustibles fósiles en el borrador del texto. De hecho, promovió el gas fósil y llegó a acuerdos al margen. A puerta cerrada, países como Arabia Saudí y Rusia argumentaron que el petróleo no causa el cambio climático, sino las emisiones.
El texto sí promueve las energías renovables pero también las “bajas emisiones”. Esto podría interpretarse como gas, un combustible fósil menos contaminante cuando se quema que el carbón, o combustibles fósiles con captura y almacenamiento de carbono.
Mantiene la línea del Pacto de Glasgow en 1,5º C y carbón, pero no va más allá. Se reconoce que el objetivo límite de calentamiento global “requiere reducciones rápidas, profundas y sostenidas en las emisiones globales de gases de efecto invernadero. Reduciendo las emisiones globales netas de gases de efecto invernadero en un 43 % para 2030 en relación con el nivel de 2019”.
La aprobación del fondo de pérdidas y daños en la COP27, es apenas en inicio de un debate sobre las formas en qué deberá operar.
Hace tres décadas, los pequeños estados insulares y los países más pobres comenzaron a pedir una compensación por los daños que el cambio climático inflige en sus comunidades. Si bien la “compensación” se convirtió en un tabú, finalmente obtuvieron financiamiento para “pérdidas y daños” en la agenda formal de COP27.
Las naciones ricas, reacias a meterse las manos en los bolsillos, ofrecieron un «mosaico de soluciones» como seguros y sistemas de alerta temprana. Los países en desarrollo estaban decididos a obtener un nuevo fondo específico. La UE salió al paso y fijó algunas condiciones. Anunció que apoyaría un fondo si se ampliaba la base de donantes, si se dirigía a los países en desarrollo más vulnerables y si COP27 también acordaba medidas enérgicas para reducir las emisiones.
Estas condiciones se cumplieron en parte y las naciones en desarrollo aceptaron la oferta. Estados Unidos y otros países ricos se sumaron y todos acordaron “establecer un fondo para responder a pérdidas y daños”.
Un comité de transición analizará qué financiamiento se necesita y de dónde debe provenir el dinero. Abordará los temas espinosos de expandir la base de donantes a países como China o Qatar e informar a la COP28.
Trascendió que parte del dinero vendrá a través de «acuerdos de financiación existentes», como bancos de desarrollo o alivio de la deuda. Algunos de “fuentes innovadoras”, lo que podría significar impuestos sobre los combustibles fósiles, la aviación o el transporte marítimo.
La UE especificó que el apoyo solo debe ir a países «vulnerables», un término que debe definir el comité de transición.
La ONU Cambio Climático recibió la tarea de realizar dos talleres sobre el tema antes de la COP28. Asimismo, los países acordaron cómo establecer una organización llamada Red de Santiago que brindará asistencia técnica para evitar, minimizar y abordar pérdidas y daños.
Entretanto, Harjeet Singh, del grupo ambientalista Red Internacional de Acción Climática, dijo que el fondo de indeminización climática supone que “de ahora en adelante, tendrán que pagar por los daños que causen. Y rendir cuentas a la gente que enfrenta desastres climáticos”.
Por otra parte, Martin Kaiser, director de Greenpeace Alemania, describió el acuerdo para el fondo de pérdidas y daños como un “pequeño emplasto sobre una herida grande y abierta”, recogió AP.
Y consideró que “es un escándalo que la presidencia egipcia de la COP diera a los petro-Estados como Arabia Saudí espacio para que torpedearan la defensa efectiva del clima. Han impedido una decisión clara sobre la necesidad urgente de eliminar de manera gradual el carbón, el petróleo y el gas”, dijo.
Mientras, Antonio Guterres, secretario general de la ONU indicó: «Esta COP ha dado un paso importante hacia la justicia. Celebro la decisión de establecer un fondo para pérdidas y daños»
En la COP26 en Glasgow, los países señalaron que se proyecta que las emisiones sean un 14 % superiores a los niveles de 2010 en 2030. Para limitar el calentamiento global a 1,5 °C, las emisiones deben caer un 45 %.
Para solucionar eso, acordaron establecer un “programa de trabajo para aumentar urgentemente la ambición y la implementación de la mitigación en esta década crítica”. En Sharm el-Sheikh, las naciones debatieron cómo estructurar este programa de trabajo.
Los países desarrollados y vulnerables querían que las conversaciones fueran largas, sólidas y específicas. Las economías emergentes querían que fueran cortos, débiles y amplios.
Las huellas dactilares de este último están en el texto que dice que el proceso debe ser «no prescriptivo, no punitivo, facilitador, respetuoso de la soberanía nacional y las circunstancias nacionales» y «no dar lugar a nuevos objetivos o metas».
El primer grupo quería que las conversaciones continuaran hasta 2030, el segundo hasta solo 2023 o 2024. Se comprometieron en 2026.