Gunter Pauli

El economista y emprendedor belga Gunter Pauli, el Steve Jobs de la sostenibilidad, en palabras de Jorge Neri Bonilla, tildó los objetivos climáticos que miran a 2050 como el nuevo opio del pueblo. Además, el padre de la economía azul criticó el Tratado de la Carta de la Energía –un acuerdo internacional sobre inversiones energéticas–, en virtud del cual las empresas energéticas pueden reclamar la pérdida de sus ganancias por las modificaciones normativas, unas pérdidas que son compensadas con el dinero de los contribuyentes.

“Hay que cambiar la lógica de la energía –sentenció–, un objetivo que no necesita de más reuniones internacionales para ser confirmado, sino de guerrilleros sostenibles”.

Gunter Pauli, el orador y emprendedor belga, autor del libro La economía azul y, sobre todo, defensor de la vida en el planeta, está de vuelta en Madrid. Con las alforjas llenas de conocimientos y propuestas que ha compartido con los asistentes al IV Congreso Internacional de Sostenibilidad y lectores y amigos de Cambio16 seguidores de esta cita anual. Muy a su estilo, Pauli fue al grano: “Nos prometen el Net Zero para 2050, pero, perdón, eso no es serio, es un engaño y lo llamo el opio del pueblo”.

Las expectativas por su intervención crecían antes de subirse al estrado. Gunter Pauli estudió Economía en KU Leuven (Bélgica) además de un MBA en INSEAD, Francia. También obtuvo el doctorado honorario en diseño sistemático del Instituto Politécnico de Turín, Italia. Durante décadas ha viajado por el mundo conociendo a cientos de científicos y empresarios innovadores.

También ha documentado más de un centenar de proyectos virtuosos en campos tan variados como el agua, la vivienda, la energía, la alimentación y la salud. Tan pronto como tomó el micrófono en el IV CIS, se quejó: “Cuando fui a tomar agua, me la sirvieron en un vaso plástico. ¿Cómo es posible?… Dicen que esos vasos están hechos de plástico reciclable, pero no es verdad”. Y denunció que esas botellas, que presentan como biodegradables y como reciclables, no lo son. “No estoy en contra, pero podemos hacerlo mejor”.

CAMBIAR LA REALIDAD

Contó que en 2009 publicó La economía azul. “Desde entonces se ha traducido a 60 idiomas y vamos a añadir el catalán, el vasco y el gallego. Y ya más de 50 países tienen un ministerio para la ‘economía azul’, o una dirección general. Es decir, que por fin están dándose cuenta de que vamos a tener que cambiar la realidad. Para poder hacer el cambio, necesitamos gente que nos inspire”.

Explicó que “la transición solo se hace con tecnicidad, ciencia y entusiasmo, que quiere decir ‘poseído por un Dios’, viene de nuestro interior y, por eso, necesitamos gente que nos inspire”. Enfatizó que “hay que cambiar esta realidad que nos promete soluciones para 2050, pero resulta que la casa está en llamas. Se está quemando y vamos a esperar 28 años para tener un plan estratégico. Nos prometen el Net Zero para 2050. Perdón, eso no es serio, es un engaño y lo llamo el opio del pueblo”.

No basta con ponernos bravos, comentó Gunter Pauli. “Tenemos que meter la ciencia y la abundancia. La abundancia es posible, pero las empresas tienen que ser Net Zero ya, no dentro de 28 años. Yo hice hace 30 años los programas de Net Zero, no me digas que es imposible ni me digas que necesito otros 30 años”.

“Con el café es muy sencillo explicar el Net Zero. El café nos da hongos cultivados, alimentos para las gallinas porque el hongo es rico en proteínas. Podemos obtener ropa del café, que ya se vende en Madrid, y también tener la moqueta y hacer aislantes de café, pintura de café, aislantes. Nosotros apenas utilizamos del grano de café el 0,02%. Ese es el problema. Ahí está la abundancia, pero no queremos verla”.

CIENCIA Y ABUNDANCIA, ¿SE PUEDE?

En su conferencia, elocuente y amena, recordó que en los años noventa montó una fábrica. “Pero cometí un gran error, como ya se ha dicho, lo biodegradable no es necesariamente sostenible. Yo tuve como materia prima la palma africana. Es la causante de la destrucción del bosque tropical húmedo, la destrucción del hábitat del orangután. Tenemos que prohibirla, lo sabemos y lo toleramos. El cambio está aquí. En El Vichada (Colombia) por ejemplo, cambiamos la sabana a un bosque tropical húmedo: 80 millones de árboles sembrados”.

El medioambiente y la salud son indivisibles. Gunter Pauli trajo otra experiencia: “el agua de ese país es un agua sencilla, pero limpia. Qué pasa cuando le damos a los niños tres litros de agua al día y la bicicleta para andar. Y prohibimos la Coca-Cola y la Fanta, nada de eso con sirope de maíz. Pareciera dictatorial, pero ¿cuál es el resultado cuando los niños tienen tres litros de agua y tienen la bicicleta para andar?… Se elimina la obesidad, se elimina la diabetes. Nosotros montamos un hospital en 1984 y tuvimos que cerrarlo en 1996 por falta de pacientes. Y ahí está el debate. Piden más hospitales, más camas, más impuestos, pero más de lo mismo no lleva a mejores resultados. Cambia de estrategia”.

ESTUPIDEZ DEL SER HUMANO

Narró que el hospital lo convirtieron en un centro de producción de agua potable. “Tenemos un aumento de la lluvia de 10% al año. Por todos lados nos dicen que no hay agua. Claro, cortaron todos los árboles. No es el cambio climático, es el ser humano, la estupidez humana. Decimos que el cambio climático es la causa de todo, pero no. Nosotros somos los responsables. Cuando se tiene agua, el pleno empleo y un bosque, con la recuperación de la biodiversidad, tienes la ecología de la paz”.

Se dice que el vaso está medio vacío o medio lleno, insistió Pauli. La verdad es que el vaso siempre está lleno de agua y aire. Está lleno y esa es la abundancia que se necesita, percatarnos de las cosas que tenemos. La abundancia para todos y también en bienestar.

Gunter Pauli citó el ejemplo de la mina de oro. “Legal o ilegal, siempre estará. Sean bandidos locales o multinacionales bandidas, pero todos son bandidos”. Sin oro no funcionan la microelectrónica ni las telecomunicaciones ni la cámara de televisión. Nada funciona. Por eso necesitamos oro.

“El oro que necesita la microelectrónica y la medicina es en polvo, no en lingote. ¿Por qué tiene que ser un bloque, un lingote que le aumentan el precio por un factor 100, un monopolio de un inglés? No tengo nada contra Carlos III, el rey es rey, pero ¿por qué tiene que ganar todo ese dinero por ponerle un sellito si no tiene nada ver con su extracción? Ahora tenemos la espectrometría, otras tecnologías. En seis palabras: necesitamos transformar la minería en cirugía. Ese es un proyecto muy grande. Tenemos que repensar el modelo de negocio, ese es mi argumento principal de la economía azul”.

LO BARATO SALE CARO, MÁS PARA LA NATURALEZA

Sugiere entonces cambiar el modelo de negocio. “Si seguimos con el capitalismo salvaje, que el que vende más barato, gana, imposible. Porque el más barato le hace más daño al medio ambiente, y el que gana en la competencia. ¿Quién inventó eso? Todo lo que es bueno para la gente y todo lo que es bueno para el ambiente es costoso, y lo contrario es barato. Es una imbecilidad. No tengo nada contra el capitalismo, pero ese capitalismo es tonto. No tiene futuro. Con la competencia por lo más barato destruimos el planeta”.

“Mi propuesta es que nos inspiremos en la naturaleza”, advirtió Gunter Pauli. Propuesta que ha mantenido en el tiempo, la enriquece, la adapta a hechos y situaciones, pero está allí, presente. “Somos tan arrogantes como seres humanos que no aprendemos de la naturaleza”, asentó.

Y echó una mirada al mar. Desentrañó que para aumentar la eficiencia en la manufactura se ensambla con tornillos. Millones de tornillos. Nosotros estamos haciendo una cola industrial que hace el ensamblaje más rápido. La inspiración es el mejillón azul. Sí, cómo un animalito sobrevive a las fuertes corrientes del mar y hace maravillas en el tiempo justo. Saca proteínas y vanadio del mar y un poco de hierro, los pone en dos porciones separadas y cuando encuentra el sitio donde quiere pegarse produce su cola y en dos minutos se pega y ahí se queda para el resto de su vida.

Es una fábrica microscópica que funciona, comentó. “Y cuando muere, se desintegra por la biodegradabilidad. Nosotros podemos hacer lo mismo. La química de esto será la verdadera transformación, si se pega y no se atornilla cambiará el modo de producción. Los aviones se harán sin tornillos, sus partes serán pegadas”.

TRANSFORMACIÓN DE BIOPLÁSTICOS EN ALGO SOSTENIBLE

El conocimiento, el atrevimiento y la innovación están en juego en los distintos desafíos por tratar de enmendar los daños ambientales por décadas. Gunter Pauli es, además, presidente de una empresa italiana que transforma los bioplásticos y los polímeros en algo sostenible. “Pero no con almidón de maíz, no con etileno de caña, lo hacemos con cardos, que es una maleza”, explicó en el IV CIS de Cambio16.

“Transformamos el azúcar del cardo en biopolímeros –ahondó– y nuestro objetivo no es la producción de polímeros, sino mejorar la calidad de la tierra y del fuego. Lo hacemos con bioplástico. El propósito no es una declaración para la publicidad, sino una convicción para la vida. No toleramos el greenwashing. Tratamos de emprender la petroquímica más sostenible del mundo. Usamos una vieja planta y lo hacemos rápido. Esa es la verdadera transición. Con los mismos obreros, es posible. El margen de ganancia de los plásticos es tan enorme que molesta, y lo aprovechamos”.

Nos dijeron que el vidrio era más costoso, continuó. “Sí, depende de las hipótesis con las que hagan los cálculos. Yo puedo cambiar la hipótesis de tal manera que tengo la razón con cualquier argumento”, anticipó.

“Si yo tengo una botella de vidrio y después de 26 usos se convierte en un polvo y el polvo en una espuma de vidrio, yo tengo material de construcción. Transformo botellas de vidrio con CO2 en material de construcción. 98% CO2 y 2% vidrio. ¿Es sostenible? Podemos hacer casas de vidrio que se montan en tres días. Son prefabricados, usamos hidrógeno, es cero emisiones. No es menos, es cero. En este caso de prosumidor (fusión de las palabras productor y consumidor). Yo puedo hacer mi casa con las botellas que consumo. Otra forma de abundancia”.

LA CIENCIA DE LA ABUNDANCIA

Gunter Pauli documentó casos de derroche de dinero y de contaminación y sus correspondientes soluciones –muchas veces impensables– que ya son realidad. “El futuro de la isla de El Hierro será un cometa que nos da la posibilidad de generar electricidad para siempre. Es la transición, como lo vivimos, en Canarias con El Hierro. Nadie lo hace porque están casados con el molinito. Con el 5% del material que se necesita para una torre eólica, la misma cantidad de electricidad y más barata que la importada de Francia”.

“Necesitamos rebeldes –increpó–. Somos capaces de cambiar la lógica de la energía. Con una embarcación que cuenta con 800 paneles solares en la cubierta y una cometa que ondea a 150 metros de altura. La llamé Porrima, que es la diosa del futuro en la mitología romana. La protectora de la mujer embarazada. Y es lo que necesitamos, proteger la vida. La abundancia de la inercia”.

Otro caso que abordó fue el del sector marítimo, el más contaminante de la Tierra. “Peor que la aviación y no cambia nada. En 2030 vamos a tener la nueva edición de un barco de 80 metros que dará la vuelta al mundo con 20 contenedores en 80 días. No necesita profundidad, calado. Ni cemento para construir puertos grandes, costosísimos, que destruyen la naturaleza para siempre.

“El problema principal del mundo es el tratado sobre la Carta de la Energía. Es el escándalo de Europa porque es un acuerdo firmado en 1997 que permite a todas las empresas de energía, cuando el gobierno cambia la regla, reclamar la pérdida de sus ganancias hasta 2050. Tienen garantizado el 7% de lo que hacen con carbón. ¿Por qué el mundo no está en la calle contra esto?”.

Gunter Pauli concluyó, a manera de reflexión, que la madurez consiste en realizar los sueños, o el mejor de tus sueños: la ciencia de la abundancia.