África, olvidada y agobiada por la crisis climática, está en el foco de atención. No solo por acoger a miles de delegados del mundo en la cumbre climática en Egipto, la COP27. También, paradójicamente, por estar en la mira de gobiernos y empresas que desean desplegar proyectos colosales de petróleo y gas. Organizaciones ambientales han detectado que, al menos 200 empresas están explorando nuevas infraestructuras como terminales de gas natural licuado (GNL), oleoductos y centrales eléctricas de gas y carbón en ese continente. El financiamiento de estos proyectos fósiles en África corre por grandes bancos, como el Citigroup y JPMorgan Chase, así como los españoles Banco Santander y BBVA.
Estos proyectos han sido denunciados por más de 30 organizaciones ambientalistas. Entre ellas Urgewald, Stop EACOP, Oilwatch Africa y Africa Coal Network, en un documento titulado “¿Quién financia la expansión de los combustibles fósiles en África?”. Allí se señala que desde 2017 se han sido autorizados 886.000 km2 para nuevas exploraciones de petróleo y gas en África. Una superficie mayor que la de Francia e Italia juntas.
Solo en Egipto, 55 compañías realizan prospección de nuevos yacimientos de petróleo y gas, muchas de ellas de Estados Unidos. La COP27 fue criticada por la presencia creciente de estas empresas en las conversaciones y negociaciones.
“Los combustibles fósiles están en la raíz de la crisis climática. Y África está más afectada por esta crisis que cualquier otro continente”, señaló Omar Elmawi, director de EACOP. Una campaña mundial contra la construcción del oleoducto de petróleo crudo de África Oriental. Las empresas, indicó el experto, “están inundando el continente con proyectos de energía sucia que son incompatibles con los objetivos de París y el límite de 1,5 °C”.
El análisis muestra que los gastos totales de capital para la exploración de petróleo y gas en África aumentaron de 3.400 millones de dólares en 2020 a 5.100 millones de dólares en 2022. Además, las empresas africanas representaron menos de un tercio de esta suma. La mayor parte de la exploración de nuevos proyectos fósiles en África es realizada y financiada por empresas extranjeras. Es lo que han dado en llamar el nuevo “colonialismo energético” de ese continente.
El mayor promotor de nuevos recursos de petróleo y gas en África es TotalEnergies, según el informe. La petrolera francesa, conocida por su contribución histórica al calentamiento global, ya obtiene el 25% de su producción de hidrocarburos en África. Y pretende añadir 2.270 millones de barriles de petróleo equivalente a su cartera africana.
La extracción y combustión de estos nuevos recursos equivaldría a tres años de emisiones anuales de gases de efecto invernadero de Francia. Le siguen la empresa estatal argelina de petróleo y gas Sonatrach (1.750 millones de barriles equivalentes de petróleo). Y la italiana Eni (1.320 millones de barriles equivalentes de petróleo), reseñó la revista Climática.
Antes de 2030, los autores avisan de que las empresas de petróleo y gas se preparan para añadir al menos 15.800 millones de barriles equivalentes de petróleo a sus carteras de producción en África. Para hacerse una idea de la magnitud de esto, la extracción y combustión de estos recursos de petróleo y gas liberaría 8 gigatoneladas de CO2eq a la atmósfera. Más del doble de lo que emite la Unión Europea cada año.
Estos proyectos fósiles, además de caros, tienen una vida útil de décadas. Esto se traduce en miles de emisiones innecesarias y en un bloque para que los países africanos puedan priorizar las energías renovables.
El informe subrayó que África está en medio de una emergencia climática y que sus países no son los que más han contribuido al calentamiento global. “Nuestras comunidades, ecosistemas y economías experimentan olas de calor, sequías, ciclones y catástrofes cada vez más intensas. Millones de personas en el Cuerno de África sufren hambrunas y se prevé que el elevado estrés hídrico pueda desplazar hasta 700 millones de africanos de aquí a 2030. Aunque África sólo representa 3 % de las emisiones de gases de efecto invernadero, sufre desproporcionadamente por cada grado adicional de calentamiento global”.
Además, los autores advirtieron que, históricamente, las industrias de combustibles fósiles no han traído más que conflictos. Desestabilización ecológica y económica en el continente. Además, ponen el énfasis en que la mayoría de los proyectos fósiles en África están orientados a la exportación. “En lugar de las fuentes de energía sucias y contaminantes del pasado, África y su gente se merecen las fuentes de energías limpias y renovables del futuro. África tiene el 39 % del potencial mundial de energías renovables del mundo, más que cualquier otro continente”.
Ecologistas en Acción se sumó a la denuncia de las organizaciones africanas que han publicado el informe. Y a su exigencia de que la energía debe provenir de fuentes renovables y ser accesibles a la población. Algo que no se ha conseguido con los combustibles fósiles, ya que gran parte de la población sufre pobreza energética.
«África tiene el 39% del potencial renovable total del mundo. Y, sin embargo, los inversores extranjeros siguen financiando un futuro fósil para nuestro continente», refirió Bobby Peek, de la campaña Life After Coal de Sudáfrica.
En julio de 2022, más de 5.000 inversores institucionales poseían acciones y bonos por un total de 109.000 millones de dólares en empresas que desarrollan nuevos proyectos de combustibles fósiles en África. De estos principales inversores, 14 tienen su sede en Estados Unidos, 6 en Europa, 1 en Canadá, 1 en la India y 1 en Sudáfrica.
Destacó el documento que el mayor inversor institucional en la expansión de los combustibles fósiles en África es el gigante estadounidense BlackRock, con participaciones de más de 12.000 millones de dólares. Le siguen Vanguard (8.400 millones de dólares) y el Fondo de Pensiones del Gobierno noruego (3.700 millones de dólares).
Entretanto, los bancos comerciales canalizaron más de 98.000 millones de dólares a empresas que desarrollan nuevos proyectos fósiles en África entre enero de 2019 y julio de 2022. De este total, 44.000 millones de dólares se proporcionaron a través de préstamos y 54.000 millones a través de la suscripción de nuevas emisiones de acciones y bonos.
El principal banco que financia la expansión de proyectos fósiles en África es Citigroup (5.600 millones de dólares). Sus clientes preferidos son Sudáfrica Sasol (1.200 millones de dólares), BP (897 millones de dólares) y TotalEnergies (619 millones de dólares).
Detrás está el también estadounidense JPMorgan Chase (5.100 millones de dólares). Cuyas empresas más beneficiadas de su dinero han sido TotalEnergies (949 millones de dólares), Sasol (938 millones de dólares) y Eskom (500 millones de dólares). Completa el podio la francesa BNP Paribas (4.600 millones de dólares), con TotalEnergies (1.100 millones de dólares), Eni (890 millones de dólares) y BP (780 millones de dólares). millones) como principales benefactores.
En el puesto 16 aparece el Banco Santander, con 1.984 millones de dólares invertidos en proyectos fósiles en África. En el puesto 20 está el BBVA, con 1.352 millones de dólares. Ambos bancos son habituales en los rankings de empresas que más dañan el clima y la biodiversidad, reseñó Cimática. Ya sea con proyectos fósiles en el Ártico o con la deforestación en Amazonas. Desde la firma del Acuerdo de París, la entidad dirigida por Ana Botín ha invertido 38.470 millones de euros en empresas de combustibles fósiles. Mientras que la presidida por Carlos Torres Vila unos 23.572 millones de euros, precisó el informe de las organizaciones.
Estos datos contrastan con las promesas y compromisos. Y es que el 71% del apoyo bancario, el financiamiento, a los promotores de combustibles fósiles en África procede de bancos miembros de la llamada Net Zero Banking Alliance. De la que forman parte desde su fundación el Santader y BBVA.
«Hacer promesas de cero neto para mañana no tiene sentido si hoy se gastan miles de millones de dólares en la expansión de los combustibles fósiles. Las instituciones financieras que dicen estar alineadas para 1,5°C deben dejar de apoyar a los clientes que nos están llevando hacia 2,8°C», afirmó Heffa Schuecking, directora de Urgewald.