Estados Unidos produce más desechos plásticos per cápita que cualquier otro país del mundo, y es uno de los principales contribuyentes a verterlos en el océano. Expertos del Laboratorio Nacional de Energía Renovable (NREL) del gobierno federal en Colorado afirman que el llamado reciclaje ‘avanzado’ de plástico que utiliza altas temperaturas y productos químicos es costoso y ambientalmente problemático. Por lo tanto no es la solución.
Sin una intervención significativa, organizaciones ecológicas predicen que, para 2040, la producción global de desechos plásticos se duplicará. Mientras que las fugas de plástico (procedentes de la fabricación, el uso y la gestión de desechos y las vías de reciclaje) se triplicarán.
La búsqueda de la industria del plástico para resolver el problema de los desechos a través del llamado reciclaje «avanzado» es costosa y tiene impactos ambientales significativos, según el NREL. Este sistema de reciclaje emplea aditivos químicos y, a veces, calor extremadamente alto para convertir los desechos en nuevos plásticos.
La opción mecánica del reciclaje consiste en recoger el plástico, limpiarlo, molerlo o trocearlo, lavarlo de nuevo y empaquetarlo o envolverlo. Y la opción química, en degradar el plástico para conseguir moléculas simples mediante la pirólisis: el uso de altas temperaturas en ausencia de oxígeno.
Los investigadores destacan a su vez dos tecnologías «avanzadas» prominentes, la pirólisis -antes citada- y la gasificación, como particularmente problemáticas. Advierten que ni siquiera deberían considerarse tecnologías de reciclaje de «ciclo cerrado».
Estas tecnologías requieren grandes cantidades de energía y emiten importantes contaminantes y gases de efecto invernadero para convertir los plásticos desechados en petróleo o combustible. O, en productos químicos como benceno, tolueno y xileno, gases sintéticos y residuos de carbón vegetal.
Veintiún estados han promulgado leyes buscadas por la industria del plástico de EE UU que categorizan el reciclaje de plásticos avanzados como un proceso de fabricación y no como eliminación de desechos. Pero los ambientalistas dicen que usar desechos plásticos para producir nuevos combustibles fósiles o materias primas para obtener más plástico, daña aún más el medio ambiente. Y empeora el cambio climático, reseña Inside Climate News.
El método más tradicional de reciclaje, que utiliza medios mecánicos para clasificar, limpia y triturar los desechos plásticos, se desempeñó mejor en parámetros económicos y ambientales que los métodos emergentes. Aunque todavía tiene limitaciones técnicas, encontraron los investigadores.
El estudio, revisado por pares realizado por un equipo del Departamento de Energía, examinó los beneficios y las compensaciones de las tecnologías actuales y emergentes para el reciclaje. Ilustra los principales desafíos que se avecinan a medida que el mundo busca formas de manejar los 400 millones de toneladas métricas de desechos plásticos generados a nivel mundial cada año.
La humanidad está produciendo el doble de desechos plásticos que hace dos décadas, y la mayor parte se tira en vertederos. Se quema en incineradores o se desecha en el medio ambiente. Solo el 9% se recicla, un informe de 2022 de la Organización para la Cooperación Económica y Desarrollo. Un grupo que representa a las naciones desarrolladas.
“Hay mucho trabajo en torno a los plásticos y es un tema muy candente”, refiere el analista de investigación Taylor Uekert. Autor principal del estudio, “Comparación técnica, económica y ambiental de las tecnologías de reciclaje de ciclo cerrado para plásticos comunes”, publicado en la revista American Chemical Society, Sustainable Chemistry & Engineering.
La industria sigue en la búsqueda de tecnologías para ayudar a resolver el problema mundial de los desechos plásticos. Pero los ambientalistas dicen que las nuevas técnicas de reciclaje avanzado de plástico solo empeoran los problemas ambientales.
Los expertos aseguran que el plástico nunca fue diseñado para ser reciclado. Está compuesto por cadenas de polímeros y aditivos químicos, muchos de ellos tóxicos, destinados a otorgar al material diferentes propiedades, como flexibilidad, textura, claridad y color. La variada naturaleza química de los desechos plásticos, muchos de los cuales se mezclan después de usarse una vez durante unos minutos, solo se suma al desafío del reciclaje.
Los investigadores estudiaron varios tipos de reciclaje químico. Centrándose en aquellos que legítimamente podrían considerarse soluciones de «bucle cerrado». Allí, los desechos plásticos se convierten en materia prima para fabricar nuevos plásticos.
Entre ellos se encontraban tecnologías que usan solventes, enzimas, ácidos o metanol para descomponer el plástico en sus componentes químicos básicos. También examinaron diferentes tipos de plásticos. Incluido el polietileno de alta y baja densidad (HDPE y LDPE), el tereftalato de polietileno (PET) y el polipropileno (PP).
Con la excepción del reciclaje mecánico, las tecnologías que evaluó el equipo se encuentran en su mayoría en desarrollo temprano; algunas con proyectos piloto, refiere Uekert.
La industria química ha estado presionando por cambios regulatorios a nivel estatal y federal que alentarían la pirólisis o la gasificación o relajarían los requisitos de aire limpio. La Agencia de Protección Ambiental describe la pirólisis y la gasificación como procesos de descomposición térmica inducidos por calor. Aunque la gasificación utiliza algo de oxígeno.
Algunas propuestas de la industria se han enfrentado a un fuerte rechazo a nivel local y de grupos ambientalistas nacionales. Los diplomáticos de la ONU también están debatiendo el papel del reciclaje químico como parte de un tratado existente sobre desechos peligrosos. Con implicaciones para un tratado global propuesto sobre desechos plásticos, ya que la industria química presiona para el reciclaje químico como parte de una «economía circular».
Pero cuando se trata de pirólisis y gasificación, cada una de las cuales depende de mucha energía y calor, los investigadores del NREL ni siquiera las consideraron soluciones de circuito cerrado. Porque bormalmente convierten los plásticos en combustible u otras materias primas químicas, no en plástico nuevo.
Con la pirólisis y la gasificación, gran parte del plástico de desecho se pierde en el proceso, lo que, según los críticos, dificulta describir esos procesos como reciclaje. De hecho, los investigadores encontraron que solo del 1 al 14% del plástico enviado a través de esos procesos se retiene como plástico.