En África todavía millones de personas consumen alimentos por métodos antiguos y contaminantes. Es común el uso de cocinas de leña y carbón en los hogares de Sierra Leona y, en mayor escala, en escuelas, comunidades y centros de trabajo, afectando de manera sigilosa la salud y adicionando emisiones de gases de efecto invernadero al medio ambiente.
De manera progresiva pero aún reservada las cosas empiezan a cambiar en el continente. Se han incorporado a la rutina de familias y grupos un nuevo modelo de cocinas, más limpias y rápidas. Son parte de un plan global que lleva décadas procurando sustituir las cocinas a fuego abierto. Estas estufas son fuentes de emisiones que contribuyen al calentamiento del clima y a la contaminación peligrosa del aire interior.
Los reemplazos, artilugios metálicos aislados, están diseñados para contener mejor el calor y pueden cocinar los alimentos en menor tiempo. No son tan limpios como las cocinas de gas o eléctricas. Pero están destinados a ser una mejora para las personas que dependen de la quema de combustibles sólidos, como madera, carbón vegetal u otras formas de biomasa, reseñó The Washington Post.
A nivel mundial, alrededor del 30% de las emisiones de gases de efecto invernadero de la degradación forestal están relacionadas con la recolección de combustible de madera, según Clean Cooking Alliance. Cada año se produce cerca de una gigatonelada de dióxido de carbono equivalente a partir de la quema de combustibles de madera. Esto representa alrededor del 2% de las emisiones globales, aproximadamente la misma proporción que la aviación, señala el informe.
La exposición al humo y otros contaminantes de los fuegos domésticos para cocinar está relacionada con 3,2 millones de muertes prematuras anuales en el mundo. Sigue siendo uno de los principales impulsores de enfermedades y muertes relacionadas con la contaminación en África.
Sin embargo, hacer el cambio a estufas más limpias ha sido difícil. Según la Organización Mundial de la Salud, a partir de 2020, alrededor de un tercio de la población mundial aún no tiene pleno acceso a combustibles limpios y tecnología para cocinar. En Sierra Leona, aproximadamente el 99% de las personas todavía utilizan cocinas de leña y carbón. A pesar de años de esfuerzos para difundir el uso de tecnología mejorada.
Investigadores del KTH Royal Institute of Technology en Estocolmo sostienen que se podrían salvar medio millón de vidas al año reemplazando las estufas de leña y carbón en África. El uso intensivo de esos fogones conduce a enfermedades pulmonares e implica una profunda deforestación que está contribuyendo a un mayor impacto en el clima regional. Incluidas las sequías severas e inundaciones repentinas, que a su vez reducen aún más la resiliencia de la población rural.
Hawa Augusta Kamah, cocinera de una escuela privada, pasó trabajando duro en grandes estufas de carbón para preparar comida para 600 estudiantes. Prefiere cocinar con las estufas mejoradas en la escuela, pero está usando una cocina de segunda mano ineficiente en casa.
“No tengo dinero”, dijo Kamah, quien antes cocinaba con leña y tres piedras colocadas sobre una lámina de metal corrugado. Su salario mensual, confió, es de 800 leones, o alrededor de $40, el salario mínimo del país. Y la mayor parte se destina al alquiler, los servicios públicos y el cuidado de sus tres hijos.
Un esfuerzo local en Sierra Leona está cobrando impulso para sustituir las cocinas de carbón. Funcionarios gubernamentales, empresarios y fabricantes de estufas artesanales están tratando de llevar los electrodomésticos a más hogares. Abordando los principales obstáculos, como el costo y la falta de voluntad para usar la nueva tecnología.
Hannah Max-Macarthy es directora general de una empresa con sede en Freetown que ayudó a suministrar las nuevas estufas a la escuela. Comentó que mujeres como Kamah le recuerdan a su propia madre, quien murió a los 46 años después de toda una vida ahumando pescado en fogatas.
“Cada mujer a la que puedo llegar ahora para ayudar a salvar su salud es casi como llegar a mi madre”, resaltó Max-Macarthy, de 44 años, cuya empresa fabrica estufas con la marca Wonder Stoves.
La firma ha existido desde 1990 y fabrica estufas aisladas diseñadas para reducir la cantidad de combustible necesario para cocinar. En comparación con un fuego abierto, estas hornillas deberían producir menos humo y ser más cómodas y seguras de usar.
Pero ese tipo de estufa ha hecho incursiones marginales en Sierra Leona. Si bien los datos sobre los métodos de cocción en el país son escasos, como anécdota, la mayoría de las personas todavía usan estufas menos eficientes. O fuegos de leña de tres piedras, dicen los expertos. Tener una estufa de gas o eléctrica es un lujo al alcance de una pequeña minoría.
Desde que el socio de Max-Macarthy, Tapsir N’Jai, se hizo cargo del negocio Wonder Stoves de su padre hace más de 10 años, la pareja se ha propuesto superar los desafíos que enfrentan otros defensores de las estufas en el mundo. Específicamente, persuadir a las personas para que cambien la forma en que cocinan.
Wonder Stoves ha reclutado a mujeres para probar prototipos y ha utilizado sus comentarios para mejorar su producto, dijo N’Jai. Una queja común es que las estufas no tienen patas ni soporte, por lo que las mujeres a menudo tienen que agacharse para cocinar.
Entonces, cuando N’Jai estaba trabajando en una nueva versión de las estufas, dijo, Max-Macarthy tenía una solicitud: «Proponga un nuevo diseño, haga lo que tenga que hacer, siempre que tenga patas».
Los nuevos modelos están equipados con patas. Y en lugar de presentar revestimientos de arcilla aislante de uso común, también incluirán aislamiento de lana de cerámica, lo que hace que las estufas sean más livianas. Además, la canasta interna de la cocina, que contiene el carbón durante la cocción, será removible, de modo que los usuarios ya no tendrán que transportar toda la estufa cuando se necesiten reparaciones.
Otros fabricantes de estufas en Sierra Leona también están innovando para sustituir las viejas y contaminantes cocinas a leña y carbón. Dos empresas con sede en Freetown que se lanzaron en los últimos años, Teranga y Women in Energy Sierra Leone, también se están enfocando en mejorar el combustible. Al trabajar para producir briquetas hechas de residuos o desechos agrícolas que deberían quemarse de manera más limpia que la leña o el carbón tradicionales.
Asimismo, a través del Fondo para el Desarrollo de la Cocina Limpia organizado por la WACCA, empresas como West Wind Energy, en Sierra Leona, y Polynova Green and Industry, en Costa de Marfil, diseñaron, establecieron y perfeccionaron tecnologías de cocina limpia. Con estufas de biomasa y gas butano que mejoran los equipos de cocina existentes y los hacen más eficientes y limpios.
Martin Kailie, UC Davis Humphrey Fellow y ciudadano de Sierra Leone, propuso implementar un mercado de etanol a base de yuca para cocinar y reemplazar las cocinas de carbón. Su objetivo a largo plazo es reemplazar el consumo de leña y carbón vegetal en áreas urbanas con bioetanol como combustible. Obtenido de una cepa de yuca de alto rendimiento y alto contenido de almidón cultivada por mujeres en cooperativas regionales.
Sunbird Bioenergy es un gran productor de etanol y biogás de propiedad internacional cerca de Mikeni. Está interesado en construir un mercado local para su producto obtenido de la caña de azúcar. Adelantan un estudio piloto para evaluar la aceptación y la asequibilidad del combustible de alcohol y las estufas en las zonas urbanas ambiente.