El hidrógeno está tomando ventaja como combustible alternativo a la sombra de las críticas. El argumento que apuntala a estos desarrollos como garantes de una solución climática tiende a resquebrajarse. Su vinculación directa con el gas natural los empaña. Algunas voces piden a la Comisión Europea que revise el impacto climático de unas decenas de proyectos de hidrógeno que aguardan por su aprobación.
La solicitud de evaluar los proyectos de hidrógeno propuestos, surge después de que se revelara que el 90% de ellos podría usarse para prolongar el uso del gas natural que calienta el planeta.
El hidrógeno luce como una gran promesa de las energías limpias. Puede almacenarse en estado gaseoso o líquido y distribuirse a través de gasoductos, pudiendo ser un sustituto del gas natural. Y no emite gases de efecto invernadero en su combustión. Entonces, ¿por qué los cuestionamientos?
Datos compilados por el grupo de defensa e investigación con sede en Bruselas Food & Water Action Europe, y compartidos con DeSmog, muestran que el 57% de los 147 proyectos de hidrógeno que está considerando la CE están diseñados para transportar también gas natural o hidrógeno “azul” hecho del combustible fósil.
Otro 33% no ha podido descartar el transporte de hidrógeno de origen fósil, o no tiene planes creíbles para obtener el elemento «verde» amigable con el clima, revela el estudio. Solo10% de los proyectos se comprometen a usar hidrógeno verde, que se produce a partir de agua mediante un proceso impulsado por energía eólica o solar. Y no produce las emisiones de carbono asociadas con otras formas de portador de energía.
Muchos de los esquemas de hidrógeno tampoco consideran cómo se alinearían con los objetivos climáticos y el riesgo de fugas de hidrógeno. Si habrá suficiente demanda de hidrógeno; dónde se obtendrá el hidrógeno, o la economía de la infraestructura de hidrógeno, dicen los activistas.
Marie Toussaint, política del Partido Verde francés, instó a los legisladores a evaluar si cada proyecto de hidrógeno se alineaba con el objetivo de la CE, de reducir las emisiones en más de la mitad para fines de esta década.
«Hacemos un llamado a la Comisión para que se mantenga firme. Y evite que el dinero público europeo financie el ‘bombo del hidrógeno’. A través de proyectos desproporcionados que acaban con el clima impulsados por ciertos estados miembros y grupos de presión», dijo Toussaint.
“El cambio climático se está acelerando y las sequías e inundaciones están azotando nuestro continente”, comentó. “La hoja de ruta es clara y repetida muchas veces por los científicos: ya no debemos, la Unión Europea ya no debe, invertir el más mínimo euro en combustibles fósiles”.
En 2021, los eurodiputados dieron un espaldarazo al “hidrógeno bajo en carbono”, elaborado con combustibles fósiles, como “tecnología puente” para avanzar a la neutralidad climática. Los proyectos solicitan la clasificación como «Proyectos de interés común o mutuo» de la Comisión Europea de gran utilidad para aumentar la conectividad de la infraestructura energética, mientras se cumplen los objetivos climáticos, que pueden ser elegibles para fondos públicos.
Las compañías de gas europeas propusieron más del 90% de los proyectos de hidrógeno. Van desde redes de tuberías y «corredores» de energía hasta cavernas de sal capaces de almacenar hidrógeno licuado. Incluyen, también, una instalación en Eslovaquia que almacenaría 95% de gas natural y 5% de hidrógeno. Igualmente el H2 Med, un proyecto de gasoducto que conecta España, Portugal, Francia y Alemania que no descarta transportar hidrógeno fabricado con gas natural.
La UE se ha fijado objetivos ambiciosos para desarrollar hidrógeno verde. Al considerarla una posible solución para descarbonizar industrias como la del acero. Sin embargo, los datos mostraron que muchas de las propuestas no contenían ninguna mención al hidrógeno verde. La mayoría de estos proyectos permitirían el uso continuo de gas natural dentro de las tuberías; transportar una mezcla de gas natural e hidrógeno, o depender en gran medida del hidrógeno azul.
De hecho, precisa la investigación, más de cien de las presentaciones de proyectos fueron realizadas por miembros de la Red Europea de Operadores de Sistemas de Transmisión de Gas con sede en Bruselas. Una asociación comercial que representa las redes de gas en toda Europa.
Otros 37 proyectos fueron presentados por otras compañías de combustibles fósiles. Incluida la empresa de servicios públicos alemana Uniper, la compañía noruega de petróleo y gas Equinor y las grandes petroleras Shell y BP. Además, más de cien de los proyectos reutilizarían la infraestructura de combustibles fósiles existente.
Frida Kieninger de Food & Water Action Europe, quien dirigió el análisis, dijo que la industria de los combustibles fósiles disfrutaba de un asiento prioritario en la mesa para decidir sobre la infraestructura clave.
“Como era de esperar, tienen poca o ninguna preocupación por estos gigantescos proyectos de infraestructura que transportan hidrógeno a partir de combustibles fósiles sucios”, agregó.
Marie Touissant, del Partido Verde, sostuvo que los criterios para aprobar los proyectos deberían excluir el hidrógeno producido a partir de gas natural. Y exigir que los proyectos funcionen con hidrógeno verde para 2029.
“Si un proyecto no respeta las condiciones impuestas… los líderes del proyecto deben ser sancionados. Y obligados a reembolsar los fondos públicos recibidos”, comentó y adicionó que “se debe combatir el lavado verde, especialmente cuando se trata de usar dinero público”.