Vista aérea de la laguna de Santa Olalla, captada por la Estación Biológica de Doñana, CSIC

El agua dulce que se encuentra en la superficie terrestre no es la única fuente vital para el planeta. Las reservas subterráneas también juegan un papel fundamental en hogares, granjas, industrias y ciudades enteras. Ahora, con el calentamiento global, las altas temperaturas y sequías intensas, casi un tercio de los acuíferos del mundo se están secando rápidamente en las últimas cuatro décadas, sobre todo en las regiones áridas. Según un estudio, el agua almacenada en el subsuelo está registrando descensos que llegan hasta medio metro por año.

El agua subterránea ha actuado durante mucho tiempo como amortiguador climático, proporcionando una fuente de agua dulce para comunidades con precipitaciones poco fiables. Pero la actividad humana ha desatado un circuito de retroalimentación que está poniendo en riesgo este recurso crucial. Décadas de combustión incontrolada de combustibles fósiles han provocado sequías más frecuentes y graves, lo que a su vez ha llevado a una mayor dependencia del agua subterránea.

Un estudio, publicado en la revista Nature, muestra que acuíferos cruciales en todo el mundo se están secando. Y en el 30% de esos casos, las caídas actuales están ocurriendo más rápido que nunca.

«El agua subterránea está disminuyendo rápidamente, especialmente en lugares secos donde el cultivo está muy extendido», afirmó el líder del estudio Scott Jasechko, profesor asistente de recursos hídricos en la Universidad de California en Santa Bárbara.

En California, los productores trataron los acuíferos subterráneos como fuentes ilimitadas de agua, mermando sus potencialidades y afectando al medioambiente. El bombeo sin restricciones dejó a más de 20 de las cuencas de agua subterránea del estado “críticamente sobreexplotadas”. La dramática situación hizo que las autoridades aplicaran regulaciones del agua subterránea desde hace una década.

Se vacían los acuíferos del mundo

La investigación observó que California no es el único que no salvaguarda un recurso crítico. En el condado de Union, en el sur de Arkansas, se presentó una situación similar de descenso de las aguas dulces y hoy, con correctivos, se ha revertido el desnivel.

Las disminuciones fueron más frecuentes y cayeron con más celeridad en las regiones más secas con agricultura extensiva, indicó el estudio que contó con la colaboración de expertos de ETH Zürich.

También en las Grandes Llanuras, el acuífero Ogallala se está agotando en muchos lugares. Se trata de un enorme depósito subterráneo que se extiende desde Texas hasta Dakota del Sur.

Este vaciado ocurre a medida que los agricultores recurren al agua subterránea de la región para regar sus cultivos, especialmente en tiempos de sequía. Solo en 2022, por ejemplo, los niveles promedio de agua subterránea en el oeste y centro-sur de Kansas cayeron 0,6 metros, según el Servicio Geológico de Kansas.

Muchos acuíferos del mundo son monitoreados en las bocas de los pozos. Pero los científicos han complementado durante mucho tiempo estos datos con mediciones satelitales más aproximadas para obtener una imagen global del agotamiento.

Hasta ahora, nadie había combinado un seguimiento detallado sobre el terreno con un alcance mundial, afirman los autores. Jasechko y sus colaboradores hicieron precisamente eso al recopilar datos de monitoreo de bocas de pozo de 170.000 pozos en 1.693 sistemas acuíferos en más de 40 países.

Poco a poco se desacelera la tendencia

Estos datos muestran que el 36% de los acuíferos están perdiendo agua a más de 0,1 metros por año. Y que el 12% está disminuyendo a más de 0,5 metros por año. Entre los acuíferos sobre los cuales había datos suficientes para comparar las tendencias actuales con las de los años 1980 a 2000, el 30% muestra pérdidas aceleradas. Los acuíferos que están perdiendo agua tienden a estar en regiones con disminución de las precipitaciones.

Sin embargo, las noticias del nuevo estudio no fueron del todo malas. En el 20% de los acuíferos del mundo que habían sido monitoreados a largo plazo, las disminuciones se están desacelerando en lugar de acelerarse.

En el 16% se ha invertido la tendencia a la baja. Y en el 13%, el acuífero en realidad ha crecido con el tiempo. «Estamos viendo un panorama muy complejo», señaló Mohammad Shamsudduha, investigador de reducción de riesgos y desastres en el University College de Londres.

Los hallazgos muestran que el agotamiento de las aguas subterráneas no es inevitable, indicó Jasechko. En los lugares donde la pérdida de agua subterránea se está desacelerando o donde los acuíferos se están rellenando, estas tendencias suelen ser causadas por decisiones humanas.

En Bangkok, por ejemplo, a principios de la década de 2000 se instituyeron nuevas tarifas para el bombeo de pozos privados. Esto revirtió las pérdidas de agua subterránea y ralentizó los problemas de hundimiento del terreno de la enorme ciudad. En las afueras de Tucson, Arizona, un proyecto que comenzó en 2008 ahora utiliza agua del río Colorado para rellenar el acuífero del Valle de Avra, que alguna vez estuvo en dificultades.

Servicios, beneficios y pagos

Resaltó Johnson, quien encabezó el esfuerzo en el condado de Union, que dichos cambios pueden ser controvertidos. “Pagar por el agua fue el desafío más difícil”, contó, refiriéndose al hecho de que las industrias que originalmente bombeaban agua del acuífero de forma gratuita tuvieron que empezar a pagar una tarifa.

Pero la infraestructura, construida en gran parte con dinero de los impuestos del condado y la tarifa de bombeo de agua, ahora suministra agua de río a las principales industrias del condado. Y esa infraestructura ha demostrado ser una gran ayuda para atraer nuevos desarrollos.

«Es necesario tener un liderazgo confiable», destacó el experto, «y buena ciencia y tenacidad».