Carlos García Blázquez, General Manager GENAQ

Al igual que el agua superficial, el agua en la atmósfera es un recurso natural renovable. La condensación del vapor de agua es un fenómeno natural que provoca la lluvia, gracias a la diferencia de temperatura entre el aire y el suelo. Al reproducir este fenómeno, los generadores de GENAQ permiten la explotación de esta fuente de agua renovable que, a diferencia de los sistemas de purificación de agua de desalinización, no produce residuos. En combinación con energías renovables, permite el suministro continuo de agua en áreas aisladas a un costo energético cero y sin ningún efecto negativo sobre el medioambiente, preservando los recursos naturales del planeta.

“De aquí a cinco años queremos reemplazar el 3% del agua embotellada del mundo”, afir­ma Carlos García, director general de GENAQ y añade: “Sí, somos conscientes de que se tra­ta de un objetivo ambicioso, pero esa es nues­tra meta”. Puede parecer descabellado, pero lo cierto es que la tecnología de GENAQ permi­te producir hasta 5.000 litros de agua al día, en función de las necesidades y las condiciones medioambientales, allí donde sea necesaria.

Los generadores atmosféricos de GENAQ presentan un funciona­miento muy sencillo: replican exactamente el proceso de la lluvia. Para ello: toman aire del exterior, lo filtran y extraen su humedad. Una vez condensada el agua, sigue un tratamiento especializado para obtener la más alta calidad de agua al menor coste energético.

Desde 2008, GENAQ ha invertido en la investigación, desarrollo e industrialización de generadores atmosféricos de agua, ofreciendo al mercado una gran variedad de generadores de agua, así como desa­rrollos personalizados para necesidades específicas. GENAQ es parte de un grupo industrial con más de 30 años de experiencia en el dise­ño y fabricación de unidades de refrigeración y aire acondicionado in­dustrial.

GENAQ es capaz de generar agua a partir del aire. En realidad, su tecno­logía es simple: imita a la naturaleza. ¿Cómo lo consiguen?

Nuestros generadores atmosféricos de agua toman aire ambiental y ex­traen su humedad para conseguir agua potable de alta calidad median­te un proceso que filtra el aire, condensa su humedad, le añade minera­les y asegura que no contenga virus o bacterias.

Para ello, en GENAQ hemos optimizado tecnologías existentes con el fin de maximizar la cantidad de agua que extraemos del aire, minimizar su consumo eléctrico y asegurar su alta calidad. Las tecnologías utilizadas incluyen filtración de aire, ciclo frigorífico, mineralización, luz ultra­violeta, control para adaptarse a las condiciones ambientales, monitori­zación remota y acoplamiento con energía solar fotovoltaica.

¿La potabilización del agua se logra sin recurrir a tratamientos quími­cos que podrían afectar a la salud, como el cloro y el ozono?

Así es. Dada la alta calidad del agua producida, hemos desechado el uso de químicos como el cloro o el ozono. La desinfección del agua se ase­gura mediante luz ultravioleta, tanto para el agua generada como para el agua almacenada mediante recirculación del agua almacenada en el depósito. No obstante, para aplicaciones donde el agua se distribuya en una red se utiliza cloro residual como indicado por la normativa y, para el caso de embotellado, se utiliza ozono. En todas las otras aplicaciones se usa exclusivamente ultravioleta.

¿Por qué su solución es la mejor opción para obtener agua potable?

Existen muchas soluciones para la obtención de agua potable como la ósmosis inversa, la desalación, la filtración, el agua embotellada… Bajo mi punto de vista no existe una solución óptima para todas las necesi­dades. Nuestra solución –la generación atmosférica de agua– es la óp­tima para escenarios donde el agua de red no existe de manera per­manente (comunidades remotas, industria con ubicaciones remotas, campamentos, etc.) o de manera temporal (catástrofes naturales o hu­manitarias, conflictos armados, etc.), pero también para situaciones donde hay agua de red pero esta no es potable o se prefiere usar agua embotellada. En este caso, muy frecuente en todo el mundo, nuestra solución en más barata y más sostenible que el agua embotellada usa­da actualmente.

¿Es posible fabricar agua en condiciones extremas, con porcentajes de humedad que no llegan al 10% y temperaturas superiores a 40 °C, como sucede en el desierto?

Sí, aunque el rendimiento de esta tecnología es directamente dependiente de la temperatura y la humedad relativa del aire. Para temperaturas y humedades altas, el rendimiento es mayor (aproximadamente 0,2 kWh por litro) y para temperaturas y humedades bajas, el rendimiento es menor (1 kWh por litro). Los límites de funcionamiento son entre 5 y 45 °C y 10% de humedad relativa.

Muchas empresas son incapaces de transformar proyectos piloto en soluciones comerciales reales a gran escala por ser demasiado complicados de implementar tecnológicamente. Una de las características que hacen únicos los generadores atmosféricos de agua de GENAQ es su solución IoT. ¿Cómo se lleva a cabo la supervisión y control remoto de los equipos?

Esta es una funcionalidad de gran utilidad tanto para el usuario como para nosotros. El usuario puede obtener información con el tiempo sobre la generación de agua y el consumo eléctrico, por ejemplo, y establecer reglas para que funcione según los límites de rendimiento que él establezca. Nosotros podemos asegurar la asistencia técnica en caso de avería dado que el sistema IoT –kiconex– nos notifica cualquier alarma. Asimismo, nos permite realizar mantenimiento predictivo que estamos desarrollando mediante machine learning en este momento.

Disponen de una cámara para testar las condiciones climáticas y ajustar los generadores. ¿Cómo funciona?

Probablemente esta es una de las mejores cosas que hemos hecho desde que empezamos. Con la cámara climática podemos controlar la temperatura y humedad del aire y obtener la generación y consumo de nuestros generadores. Esto nos ha permitido optimizar su funcionamiento y conocer cómo se van a comportar en cualquier clima del mundo. De este modo, ante cualquier proyecto, podemos dar datos precisos del rendimiento y coste de nuestra solución para que el cliente pueda tomar una decisión de la manera más concienzuda posible.

En función de las necesidades y las condiciones medioambientales sus dispositivos pueden producir hasta 5.000 litros al día. ¿Cuáles son las condiciones más favorables para este proceso?

Nuestro generador más pequeño en estos momentos genera 50 litros/ día en condiciones nominales (aunque estamos desarrollando un generador de 20 litros/día que esperamos lanzar a finales de 2023). Nuestro mayor generador genera 5.000 litros/día (aunque hemos desarrollado tecnología que nos permite construir “fábricas de agua” de más de 1.000.000 litros/día).

Entre sus objetivos está reemplazar el 3% del agua embotellada del mundo de aquí a cinco años. ¿Es posible? ¿Cómo piensan hacerlo?

Aunque tenemos otros objetivos (como llegar a todos los países y lugares donde no hay agua potable), ese es nuestro objetivo más ambicioso. El consumo de agua embotellada en el mundo ha sufrido un incremento enorme en los últimos años que ha traído una serie de problemas como su alto coste, la presencia de microplásticos en el agua embotellada y la producción de residuos plásticos que requieren reciclaje o terminan en el medio ambiente.

Ante esta situación, tenemos una respuesta muy competitiva con nuestros generadores atmosféricos de agua ya que tiene un coste menor, una calidad de agua igual o mayor, no genera residuos y, cuando se combina con energías renovables, no tiene ningún impacto medioambiental ni coste operativo. Nuestro plan es el de adaptar nuestros generadores para el mercado del gran público incluyendo oficinas, edificios públicos, hostelería y residencial y realizar acciones de divulgación que permitan a la población conocer esta alternativa.

A un precio de tres céntimos el litro, el agua de GENAQ está lejos de convertirse en una alternativa a la sequía, aunque la utilicen algunos invernaderos. El consumo actual de energía se sitúa en 0,2 kilovatios/hora por cada litro de agua generado. ¿Se puede mejorar?

Así es. Desde nuestros inicios nos hemos centrado en el agua para beber excluyendo otros posibles usos debido al coste energético que tiene obtener un litro de agua. No obstante, estamos colaborando con universidades y centros de investigación para buscar adaptaciones de nuestra tecnología que consigan un coste energético más bajo para aplicaciones de agricultura de alto valor añadido como los invernaderos hidropónicos, por ejemplo.

¿La innovación sería posible sin la financiación pública?

He reflexionado mucho al respecto y pienso que en el entorno en el que vivimos sería muy complicado. La financiación privada suele centrarse en desarrollos más maduros que los que se dan en proyectos I+D+i y este vacío lo han ocupado las administraciones públicas a escala europea, nacional y autonómica mediante programas de apoyo a la investigación. De modo que no sé si sería imposible, pero sí muy difícil realizar este tipo de investigación sin apoyo público, igual que sin colaboraciones con universidades y centros tecnológicos.

En su caso, el Acelerador del CEI de la Unión Europea ha incrementado su volumen de negocio, multiplicando por tres la facturación y generan­do puestos de trabajo. ¿Cómo llegaron a este programa? ¿Hasta qué punto fue determinante para la viabilidad del proyecto?

Dentro de nuestro análisis de escenarios de desarrollo de la compa­ñía estaba la posibilidad de solicitar este tipo de programa (Instrumen­to PYME del Horizonte 2020) y eso hicimos.

Este programa no solo nos permitió aumentar la facturación y número de empleados, sino que conseguimos dar un salto tecno­lógico que, en una situación normal, nos habría llevado al menos cuatro años. Por otro lado, estos programas son muy exigentes y nos influyeron en evolucionar convirtiéndonos en una empresa mucho más profesional.

Los Objetivos de Desarrollo Sostenible de Naciones Unidas persiguen al acceso universal al agua para el desarrollo socioeconómico, la energía, la producción de alimentos, los ecosistemas y la supervivencia de los seres humanos. No obstante, el agua se perfila como uno de los princi­pales desafíos que plantea el cambio climático. Un camino para recorrer juntos, aseguran en GENAQ. ¿Cómo implementar la colaboración entre el sector público y el privado?

El agua forma parte de los desafíos de la humanidad por varias razones: la escasez, el uso abusivo, la ineficiencia en su distribución y la conta­minación producida por el efecto del ser humano. Estos desafíos solo pueden ser enfrentados mediante un alineamiento de objetivos y una estrecha colaboración público-privada. No soy un experto en esto, pero mi experiencia me hace pensar que el primer paso es conocer lo mejor posible a la otra parte. En nuestro caso, esto se traduce en abrir vías de interlocución con organismos reguladores de carácter técnico, con en­tidades políticas que toman decisiones sobre las normas e iniciativas de países o regiones, con centros del conocimiento como universidades o centros tecnológicos. De esta manera surgen oportunidades para infor­marse, influir y realizar proyectos conjuntos.

El consumo de agua embotellada en el mundo ha sufrido un incremento enorme en los últimos años que ha traído una serie de problemas como su alto coste, la presencia de microplásticos en el agua embotellada y la producción de residuos plásticos que requieren reciclaje o terminan en el medio ambiente. Ante esta situación, tenemos una respuesta muy competitiva con nuestros generadores atmosféricos de agua ya que tiene un coste menor, una calidad de agua igual o mayor, no genera residuos y, cuando se combina con energías renovables, no tiene ningún impacto medioambiental ni coste operativo

Precisamente, la distancia a la fuente de agua potable es uno de los obstáculos. ¿Es la logística otro de los puntos fuertes de GENAQ?

Sí. Algunos de los problemas que resolvemos son producidos por una gran distancia entre la fuente de agua potable y el consumo de esta. Esto se da en ubicaciones remotas, aunque también en medios de transpor­te como el barco. Son estas las aplicaciones por las que comenzamos nuestro desarrollo como empresa, aunque el mayor potencial está don­de se consume más agua embotellada: el primer mundo.

¿Cómo contribuyen a dar respuesta inmediata en situaciones de emer­gencia, ayuda humanitaria o en tareas de defensa?

En escenarios de catástrofes naturales o humanitarias o situaciones de conflicto lo más importante es la logística y la seguridad, tanto de sumi­nistro como de calidad de agua. Nuestra solución más habitual en estas situaciones es un generador de 5.000 litros/día integrado en un con­tenedor de 20 pies adaptado junto con un depósito de agua y un grupo electrógeno. Con ello, aseguramos que el transporte es estándar y pro­porcionamos agua de manera autónoma (sin fuente de agua o energía) durante una semana.

GENAQ forma parte de un grupo industrial que impulsa la investigación, el desarrollo, la fabricación y la comercialización de productos y servi­cios innovadores inmersos en tecnologías basadas en la industria 4.0 para la supervisión y control remoto de instalaciones de climatización, frío industrial y generación atmosférica de agua. Están presentes en casi medio centenar de países. ¿Cuáles son sus objetivos estratégicos?

La visión de nuestro grupo incluye el desarrollo internacional (solo en GENAQ ya estamos presentes en 64 países) y el desarrollo tecnológico basado en la tecnología de refrigeración, control y energías renovables como vía para luchar contra el cambio climático, la reducción de la ex­plotación de recursos naturales y la mejora de la calidad del aire y agua para las personas. A partir de estas iniciativas han surgido soluciones de éxito como KEYTER (climatización), INTARCÓN (refrigeración), ki­conex (IoT) o la propia GENAQ.