El análisis de la calidad del aire es necesario para la calidad de vida, la salud de las personas y el medio ambiente. Es por ello que es de suma importancia conocer qué contaminantes afectan y de dónde provienen. Y así las autoridades puedan avisar a la población y aplicar medidas preventivas y correctoras. Bajo esta premisa, la Generalitat de Catalunya compartió los datos de la calidad de aire del año 2022. Revelando que, una vez más, la ciudad de Barcelona incumplió el límite legal establecido por la normativa para el dióxido de nitrógeno (NO2). Retornando así a los datos de años anteriores a la pandemia.
Madrid, por su parte, por primera vez desde que hay registros sistemáticos de NO2, la contaminación del aire en la ciudad capital no superó dicho valor límite anual, pero sí lo igualó. La contaminación por NO2 en estas dos principales ciudades españolas mantienen niveles muy elevados. Ambos igualan o superan el vigente valor límite anual de 40 microgramos por metro cúbico (µg/m³), establecido desde el año 2010.
La estación barcelonesa l’Eixample alcanzó los 42 µg/m³ en 2022. Se convierte así en la única en todo el Estado español que incumplió el año pasado este límite legal de dióxido de nitrógeno. Barcelona acumula así más de una década de incumplimiento normativo.
Con los datos de la Generalitat se confirma que los niveles de dióxido de nitrógeno (NO2) no solo son insuficientes para proteger la salud de sus habitantes, sino que ambas aglomeraciones duplican el nuevo valor límite anual propuesto por la Comisión Europea para 2030, de 20 µg/m³. Y además cuadruplican la recomendación anual de la Organización Mundial de la Salud (OMS), fijada en 10 µg/m³.
Aunque la contaminación del aire en la ciudad de Madrid no superó dicho valor límite anual, lo igualó en la estación Plaza Elíptica con una concentración de 40 µg/m³, frente a los 41 µg/m³ alcanzados en 2020 y 2021.
Desde el año 1991 los datos de la contaminación del aire en Barcelona y Madrid tanto del Ayuntamiento como de la Generalitat han disminuido con el paso del tiempo, pero no es suficiente. Según el Instituto de Salud Global, cada año la contaminación del aire ocasiona hasta 6.000 muertes prematuras en estas ciudades españolas. La mitad de estas muertes se le atribuyen directamente al NO2 que emiten los tubos de escape de los automóviles alimentados por combustibles fósiles, y los vehículos diésel.
Tanto Barcelona como Madrid «deberían reducir de manera drástica y urgente el tráfico motorizado que accede y circula diariamente por ambas ciudades», según Ecologistas en Acción. Solo así se podrá conseguir una mejora significativa de la calidad del aire que respiran sus 6,2 millones de habitantes.
La confederación asegura que la Comunidad de Madrid y la Generalitat de Catalunya además deben potenciar el transporte público metropolitano y favorecer la movilidad activa peatonal y ciclista, en las distancias urbanas más cortas.
A pesar de que el resto de ciudades españolas no incumplen el valor límite anual vigente, la mayoría también excede el nuevo valor anual propuesto para el NO2 por la Comisión Europea y la recomendación de la OMS. Por lo que también deberían estar implantando medidas eficaces de reducción del tráfico, detalló la organización.