El gobierno de Japón está decidido a aquietar las voces críticas y emprender una nueva era de centrales nucleares. Desde el desastre de Fukushima, en 2011, mantiene paralizada la mayoría de sus 54 reactores que entonces producían energía. Ahora, su primer ministro Fumio Kishida informó que reactivarán las plantas nucleares y desarrollarán reactores de próxima generación.
En 2021 solo 9 reactores estaban en operación y 24 se iban a desmantelar. Un año después la estrategia oficial cambió. Kishida destacó que la guerra en Ucrania y los altos costos de la energía obligan a replantear la política energética y a promover un cambio en la opinión pública, reacia a las plantas nucleares.
Mientras tanto, unas 5.000 personas siguen trabajando diariamente en la planta nuclear de Fukushima Daiichi, en labores arduas, complejas y de largo plazo. Cuatro reactores resultaron gravemente dañados el 11 de marzo de 2011 por el tsunami generado por un fuerte terremoto. Los amasijos de hierros y el reactor 1. cuyo techo quedó destruido, recuerdan la violencia de la catástrofe. Los contadores móviles de radiactividad Geiger pitan incesantemente en la planta.
Kishida dio instrucciones a los funcionarios para que propongan medidas concretas antes de fin de año. Incluso las formas de «ganar la comprensión del público» sobre la energía sostenible y la energía nuclear.
Las autoridades se reunieron para elaborar un plan para la «transformación verde». Estaría destinada a reestructurar la tercera economía del mundo para cumplir con los objetivos ambientales. La energía nuclear, a la que los ciudadanos aún se oponen después de la crisis de Fukushima, ahora es vista como un componente imprescindible para la transformación ecológica.
Japón, que el próximo año presidirá al G7 -la alianza de los países industrializados con economía sólidas- es un poderoso aliado de Ucrania. “La agresión de Rusia contra Ucrania es un acto escandaloso que ha sacudido los cimientos del orden internacional no solo en Europa, sino también en Asia. Japón siempre ha apoyado la soberanía y la integridad territorial de Ucrania, incluida Crimea. Y se opone firmemente a los intentos unilaterales de cambiar el statu quo”, dijo Kishida.
Esta posición está atada a la búsqueda de otras alterativas energéticas que reduzca su alta dependencia del gas de Rusia. Y esa opción para Japón es regresar a las plantas nucleares, diez años después de Fukushima. Antes del tsunami y terremoto, el 30% de la energía provenía de la fuente nuclear y, el propósito era elevarlo al 40% para deslastrarse de las importaciones.
Ahora las órdenes son la reapertura de hasta nueve reactores nucleares para que sean operativos este mismo invierno. Este giro se produce en un momento convulso de Japón. Tras la realización de las elecciones parlamentarios y el asesinato del ex primer ministro Shinzo Abe, un defensor de la energía nuclear. A finales de febrero de 2022 dijo que «Japón es signatario del Tratado de No Proliferación Nuclear. Pero no debería tratar como tabú las discusiones sobre la realidad de cómo se mantiene a salvo al mundo», expuso.
Kishida no ha seguido este debate, pero sí ha anunciado un importante impulso para la energía nuclear. Desde reactivar más plantas de energía nuclear paralizadas y extender la vida útil de las generadoras hasta construir reactores de próxima generación.
El Ministerio de Industria de Japón prepara la reactivación de siete plantas nucleares en el verano del próximo año, como parte de los esfuerzos para garantizar un suministro estable de electricidad. La idea es poner en funcionamiento un total de 17 reactores nucleares. Ya 10 recibieron luz verde para su activación. La finalidad es poder afrontar una posible escasez de suministro eléctrico.
Los siete reactores adicionales son el número 6 y el número 7 de la central de Kashiwazaki-Kariwa de TEPCO. El número 2 de la central de Onagawa de la Compañía Eléctrica de Tōhoku, el número 1 y el número 2 de la central de Takahama de la Compañía Eléctrica de Kansai. Así como el número 2 de la central del Shimane de la Compañía Eléctrica de Chūgoku y el número 2 de la central 2 de Tōkai de Japan Atomic Power.
Los reactores de Onagawa, Takahama y Shimane recibieron la autorización de los gobiernos locales para reactivarlos. Podrán reanudar sus operaciones una vez se completen la mejoras de las medidas de seguridad.
«Es el primer paso hacia la normalización de la política energética. Japón necesita energía nuclear porque su red no está conectada con los países vecinos, ni puede aumentar la producción de combustibles fósiles domésticos», declaró a Reuters Jun Arima, profesor de proyectos en la escuela de posgrado en políticas públicas de la Universidad de Tokio.
A fines de julio, Japón tenía siete reactores operativos y otros tres estaban fuera de servicio debido al mantenimiento. Muchos otros todavía están pasando por un proceso de renovación de licencias bajo estándares de seguridad más estrictos impuestos después de Fukushima.
La Agencia Internacional de la Energía insiste en las bondades de acudir a la energía nuclear, por ser más barata y limpia. Fatih Birol, su director ejecutivo, se mostró complacido con el anuncio de Japón de repotenciar sus plantas nucleares. En su cuenta Twitter escribió: “Muy alentado por el anuncio del primer ministro Kishida de que Japón buscará reiniciar más plantas de energía nuclear. Y también considerará extender la vida útil de las plantas y construir reactores de próxima generación”.
En la actualidad hay una recomposición global de las energías. En busca de fuentes alternas y renovables y, como salida al suministro de Rusia. China intensifica sus fuentes nucleares. Seguida de la India, con ocho reactores en construcción. Así como Rusia y Corea del Sur con cuatro cada uno y Turquía con tres. En 2021, los Emiratos Árabes Unidos iniciaron la operación de uno de sus reactores. Son el primer país árabe con energía nuclear.
Francia, con 56 reactores operativos, es el país de la Unión Europea con más unidades nucleares. El 70% de su electricidad es de origen nuclear, el porcentaje más alto del mundo. Detrás están Eslovaquia y Ucrania, donde más del 51 % de su electricidad es de origen nuclear. Hungría, con el 48 % y Bélgica y Eslovenia con el 39 % y 37 %, respectivamente.
En total, en la Unión Europea casi un tercio de la electricidad consumida es de origen nuclear. Si observamos a toda Europa, hay 177 reactores en operación y 13 en construcción.