En el noreste de Francia, en la frontera con Alemania, está situado uno de los yacimientos más prolijos de carbón de Europa, pero su historia está a punto de cambiar radicalmente. Varios científicos han hurgado en el subsuelo de la cuenca minera de Lorena, en la búsqueda de combustibles fósiles y encontraron otra importante fuente de energía: hidrógeno blanco y en grandes cantidades, el depósito contiene entre 6 millones y 250 millones de toneladas métricas de hidrógeno blanco.
El hidrógeno blanco –también conocido como hidrógeno “natural”, “dorado” o “geológico”– se produce o está presente de forma natural en la corteza terrestre y se ha convertido en una especie de santo grial climático. Se le considera un motor esencial en alcanzar la transición energética y reemplazar los combustibles fósiles como el carbón, el petróleo y el gas natural.
El hallazgo es el resultado de análisis realizados por Philippe de Donato y Jacques Pironon, investigadores del Centro Nacional de Investigaciones Científicas de Francia. «Nuestros datos indican que el suelo bajo la cuenca minera de Lorena es muy rico en hidrógeno blanco. Podría ser un gran paso en la transición hacia fuentes de energía limpias y respetuosas con el clima», señala D’Donato.
Los investigadores evaluaban la cantidad de metano en el subsuelo de la cuenca minera de Lorena utilizando una sonda que puede analizar los gases disueltos en el agua de formaciones rocosas a gran profundidad. A un par de cientos de metros de profundidad, detectó bajas concentraciones de hidrógeno. «Una verdadera sorpresa. Es común encontrar pequeñas cantidades cerca de la superficie de un pozo. Pero a medida la sonda analizó zonas más profundas, la concentración aumentó. A 1.100 metros de profundidad era del 14%; a 1.250 metros, del 20%», precisa Pironon.
Lo que sí resultó una sorpresa fue la presencia de una gran reserva de hidrógeno debajo. Hicieron cálculos y estimaron que el depósito podría contener entre 6 millones y 250 millones de toneladas métricas de hidrógeno blanco.
Las estimaciones preliminares apuntan a que se trata de uno de los mayores depósitos de “hidrógeno blanco”, cuya propiedad más apreciada es que cuando se quema solo produce agua, cero CO2. Podría ser fuente de energía limpia para industrias como la aviación, el transporte marítimo y la fabricación de acero que necesitan tanta energía que es casi imposible satisfacerla mediante renovables como la solar y la eólica. «Si me hubieran preguntado hace cuatro años qué pensaba sobre el hidrógeno natural, les habría dicho ‘oh, no existe’», advierte Geoffrey Ellis, geoquímico del Servicio Geológico de Estados Unidos.
El hidrógeno blanco está en todas partes, pero los científicos teorizaban que no existían grandes acumulaciones. Pironon recuerda que se preguntaban qué estaba pasando cuando saltaron del 1% al 6% de hidrógeno entre los 600 y los 800 metros. A 1.100 metros superó el 15%. Nos dimos cuenta de que habíamos encontrado un depósito insospechado de hidrógeno blanco. Es la primera vez en el mundo que se encuentra bajo tierra una concentración tan alta de hidrógeno. Es sólo el comienzo”, subrayaron.
Las estimaciones preliminares apuntan a que se trata de uno de los mayores depósitos de “hidrógeno blanco”, cuya propiedad más apreciada es que cuando se quema solo produce agua, cero CO2. Podría ser fuente de energía limpia para industrias como la aviación, el transporte marítimo y la fabricación de acero que necesitan tanta energía que es casi imposible satisfacerla mediante renovables como la solar y la eólica. «Si me hubieran preguntado hace cuatro años qué pensaba sobre el hidrógeno natural, les habría dicho ‘oh, no existe’», advierte Geoffrey Ellis, geoquímico del Servicio Geológico de Estados Unidos.
El hidrógeno blanco está en todas partes, pero los científicos teorizaban que no existían grandes acumulaciones. Pironon recuerda que se preguntaban qué estaba pasando cuando saltaron del 1% al 6% de hidrógeno entre los 600 y los 800 metros. A 1.100 metros superó el 15%. Nos dimos cuenta de que habíamos encontrado un depósito insospechado de hidrógeno blanco. Es la primera vez en el mundo que se encuentra bajo tierra una concentración tan alta de hidrógeno. Es sólo el comienzo”, subrayaron.
Los investigadores creen que es producido continuamente por una auténtica «fábrica» de hidrógeno oculta bajo nuestros pies. Y cuyas materias primas son moléculas de agua y minerales formados por carbonatos de hierro (FeCO3 y Ca (Fe, Mg, Mn)(CO3)2 ). «La tierra que rodea la mina de Folschviller es rica en esos dos tipos de compuestos. Cuando entran en contacto, se produce una reacción fisicoquímica llamada redox, en la que los minerales separan las moléculas de agua (H2O) en oxígeno (O2) e hidrógeno (H2)», dijeron.
Los geólogos suponen que el hidrógeno detectado a 1.100 metros se produce a mayor profundidad y asciende por difusión. Una hipótesis que sugiere la presencia de concentraciones aún mayores más abajo. «Las primeras simulaciones sugieren que a 3.000 metros los niveles podrían superar el 90%. Si estas cifras son correctas, la reserva de Lorena podría contener aproximadamente 46 millones de toneladas de hidrógeno natural. El equivalente a más de la mitad de la producción mundial anual de hidrógeno gris!, indica D’Donato.
La conjeturas no se han reconfirmado. “En las próximas semanas mediremos los niveles entre 800 y 1.000 metros de profundidad en 3 pozos situados en un radio de 40 kilómetros. El propósito es comprobar que el gas está presente en todo el perímetro. Entonces tendremos que validar nuestras estimaciones de la concentración de hidrógeno a 3.000 metros, con la ayuda de los actores de la industria para poder perforar a esa profundidad. Será necesario desarrollar técnicas viables para extraer el hidrógeno blanco», añadió.
Romain Chenillot, director de geociencia y gas minero de la empresa La Française de l’Energie, dijo que la compañía solicitó un permiso de exploración y producción de hidrógeno natural a partir de marzo de 2023.
Además de ser “limpio”, el hidrógeno de Lorena, en Francia, ofrece otra ventaja importante: podría abastecer el gasoducto del proyecto ‘mosaHYc’ 3, un programa destinado a construir una red europea de transporte de hidrógeno para unir el Sarre (Alemania). El este de Francia y la zona fronteriza de Luxemburgo a partir de 2026 podría convertir a Francia en el futuro El Dorado del hidrógeno natural.