En una carrera de medio y largo plazo para ordenar y hacer de la Tierra un hogar más habitable y saludable, surgen obstáculos e inquietudes. Gobiernos y organizaciones mundiales han definido una receta o mejor, una hoja de ruta común, para alcanzar las cero emisiones en 2050. En la transición se recomienda, entre otras opciones, disminuir los combustibles fósiles y sustituirlos por energías renovables, pero ¿cuáles son sus ventajas y desventajas que las hacen tan preferidas?
En las últimas semanas han surgido críticas en distintas comunidades autónomas de España por el auge de las alternativas renovables. La queja se deriva de la instalación masiva de plantas solares y eólicas. Muchas sin planificación y tal vez movidas, por el flujo de fondos verdes europeos, según denuncian vecinos y alcaldes. Además, porque están ideadas para erigirse en zonas protegidas, en terrenos fértiles para el agro o la ganadería, o por la cercanía de poblados y espacios paisajísticos.
También se han registrado otros cuestionamientos, aun sin aclarar. El vaciado de algunos embalses, especialmente en Galicia, han causado gran malestar por la afectación ambiental. Autoridades y ecologistas afirman que las compañías encargadas de gestionar las presas las han sobreexplotado, coincidiendo con los altísimos precios de la electricidad.
A escala internacional también se observan algunos ruidos en el proceso de transición. Grandes empresas que afirman su compromiso por reducir las emisiones, al mismo tiempo agendan planes e inversiones para continuar con yacimientos de crudo, carbón u otras exploraciones mineras.
Sin embargo, tomando en cuenta que uno de los platos principales de este menú ecológico, son las energías renovables, es importante echar un vistazo a sus ventajas y desventajas. A los ojos de ese planeta sano que se busca y se visualiza para las futuras generaciones.
En esta competición, un tanto desigual, las energías renovables han cobrado impulso y vigor por sus ventajas. Su aporte energético es prácticamente nulo en emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) y otros contaminantes que contribuyen al cambio climático. Es decir, apunta al foco esencial de esta tarea global, por reducir la contaminación y su impacto en la salud del hombre, la biodiversidad, los ecosistemas.
Además, su fuente energética primaria es 100% natural e inagotable. Bien sea la eólica (uso del viento en superficies terrestres o mares), la fotovoltaica o solar (sol) y la hidroeléctrica (embalses). Por tanto, no producen emisiones de CO2 ni otros componentes nocivos a la atmósfera.
La mayor participación en las energías renovables en el balance energético de los países no petroleros, disminuye su dependencia de los derivados del crudo. Al mismo tiempo, diversifica las fuentes de suministros al promover recursos autóctonos.
Asimismo y como un efecto dominó, reducen la necesidad de respaldar a las industrias extractivas en la medida que se evita el uso de combustibles fósiles. Y, por añadidura, no crean problemas de basura altamente contaminantes, como la eliminación de residuos nucleares o escorias.
El uso de estas energías renovables genera un amplio espectro de ventajas económicas y sociales, de allí el auge actual. Baja las tarifas en los servicios de luz, agua y gas, protegiendo los bolsillos de los consumidores. Y el de los municipios en el suministro de energía del alumbrado público o bombeo de agua y edificaciones públicas.
Es también una fuente de empleos en la construcción e instalación de plantas, Desarrolladores, fabricantes de equipo, diseñadores, agentes financieros. Así como en la agricultura, al expandir los sistemas de riego, en la ganadería y avicultura, con establos electrificados. En el comercio y los servicios y en las comunidades remotas.
Las energías renovables sin duda presentan ventajas y potencialidades. Contribuyen a emplear el autoconsumo eléctrico que no incluye la energía convencional. En el futuro, los edificios contarán con placas solares, calderas biomasa o puntos de recarga para coches eléctricos en los garajes comunitarios. La autosuficiencia energética es una realidad que poco a poco está llegando a más hogares.
En el caso de España, el gobierno aprobó en agosto, 79 proyectos de energías renovables en el tejido industrial. Estos exigirán una inversión total de 162 millones de euros. Se ubicarán en fábricas e instalaciones de Andalucía, Asturias, Cantabria, Castilla-La Mancha, Extremadura y La Rioja. Y abarcarán desde la obtención de combustible sintético con hidrógeno verde hasta la climatización de invernaderos con geotermia. En conjunto, sumarán una potencia de 418 MW.
Aunque no se especifica el número de empleos que generarán los proyectos, organizaciones el sector, señalan que en la actualidad hay más de 8,1 millones de puestos de trabajo repartidos en renovables. Principalmente entre la fotovoltaica, biocombustibles líquidos y eólica.
Sin embargo, esta alternativa energética verde tiene también desventajas. Presentan una alta dependencia de fenómenos atmosféricos y por tanto, no es controlable la cantidad de energía que se genera.
La disponibilidad de las renovables puede ser un problema en la actualidad. No siempre se dispone de ellas y se debe esperar que haya suficiente almacenamiento. Esto tiene una estrecha relación con el hecho de que están comenzado a ser cada vez más populares.
El hecho de que la obtención de energía solar esté limitada a las horas de sol, limita sobremanera el almacenaje de energía. Pues no siempre conviene almacenar electricidad cuando está pegando el sol. Cuando conviene hacerlo de noche, se convierte en un problema, dejando la eficiencia de esta energía en un rango muy bajo.