Los criterios ambientales, sociales y de gobierno corporativo que deben regir el cambio de modelo de gestión en las organizaciones suponen una ruptura de paradigmas que implica una transformación disruptiva. Una nueva cultura corporativa que muchas empresas no serán capaces de implantar si no se plantean la sostenibilidad como un propósito fundamental para su supervivencia.
La resiliencia y adaptabilidad se erigen en los grandes aliados de esta transición, que sitúa el reporting y la rendición de cuentas en la base de una estrategia de negocio que debe abordarse de forma holística y transversal.
Hasta ahora, las empresas solo respondían ante sus accionistas, cuya mayor preocupación no iba más allá de la cuenta de resultados. Hoy, los beneficios deben tener en cuenta que el valor debe compartirse y atender no solo el incremento de las normas que hay que respetar, sino también el auge de la inversión de impacto o la mayor sensibilización de los consumidores.
Los desarrollos legales impulsados por la Unión Europea han situado la información sobre sostenibilidad al mismo nivel que la información financiera. Precisamente, el mayor reto para las empresas es que los nuevos procesos afectarán la normativa con relevantes impactos operativos, de gestión y de inversión, explica Ana Gascón Ramos, presidenta de DIRSE.
Los estándares ESG obligarán a las grandes corporaciones, pero las pequeñas y medianas empresas también tendrán que asumir estos criterios si no quieren perder competitividad y quedar fuera del mercado.
Líderes, expertos y profesionales comprometidos en impulsar prácticas sostenibles en el ámbito empresarial y social debatirán en Madrid, en el ESG Summit Europe, el principal evento de sostenibilidad de la Unión Europea, ideas y propuestas. El propósito es unir esfuerzos en la construcción de un futuro sostenible.
En palabras de Jorge Neri Bonilla, editor de Cambio16, los principios ESG «no solo son el camino hacia un modelo de vida más humano, justo y regenerativo, sino también un buen negocio para las empresas que los aplican».
Los retos no serán pequeños, concluye Ana Gascón Ramos, pero la manera en que las empresas decidan abordarlos podrá generar oportunidades para mejorar su desempeño en materia de sostenibilidad y, como consecuencia, en su reputación y su generación de valor a largo plazo.