El período de sequía en España está tomando senderos preocupantes. Administraciones autonómicas y gremios agrícolas y ganaderos consideran “alarmante” la falta de precipitaciones y los bajos niveles de los embalses. El Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación convocado a una Mesa Nacional de la Sequía, a pedido de los sectores productivos afectados.
Según los últimos registros, los embalses españoles están diez puntos por debajo de la media de la última década. En comunidades como Murcia, Andalucía, Castilla-La Mancha o Cantabria la situación de los embalses es crítica. En estos momentos hay al menos una decena de demarcaciones en el país en esta circunstancia de sequía prolongada.
Las cuencas andaluzas no llegan al 30% de su capacidad y las de Murcia se mantienen al 27%. Detrás les siguen Castilla la Mancha (39%), Cataluña (41%) y Cantabria (42%), advierten reportes oficiales.
La reserva hídrica española está al 51,2% de su capacidad total, precisa el Ministerio para la Transición Ecológica. Los embalses almacenan actualmente 28.665 hectómetros cúbicos (hm³) de agua, disminuyendo en la última semana en 224 hectómetros cúbicos. Esta caída no es esporádica, pues han transcurrido varias semanas con disminuciones consecuentes del caudal.
El último informe del Observatorio Nacional de la Sequía alerta sobre la falta de recursos hídricos en varios puntos de los importantes afluentes del Ebro, el Segura y el Guadiana. En varias de estas localidades se han tenido que aplicar restricciones y medidas extraordinarias para hacer frente a la escasez crónica de recursos hídricos.
Una de las más destacadas ha sido la activación de los pozos de sequía. Unas perforaciones que se realizan ‘en tiempos de carestía’ para acceder a las reservas de agua subterránea, reseña El Periódico.
La sequía lleva aquietando los últimos años a España. En casi todo el territorio se han registrado menos lluvias del promedio. No hay indicios de que la situación mejore a corto plazo. La Agencia Estatal de Meteorología (Aemet) sostiene que la falta de lluvias expone al país a una situación de «sequía meteorológica de larga duración». Esta se produce directamente por la falta de lluvias que ocasiona que los caudales circulantes se reduzcan de forma importante. Y por tanto puedan no cumplirse los caudales ecológicos de situación normal, comenta el ministerio.
Otras regiones resultan más apremiantes por la escasez de precipitaciones. Por ejemplo, en Almería hay embalses al 14%, en Córdoba, al 19%. Y en Barcelona, al 20%. El panorama óptimo sería contar con unas reservas por encima del 60%. Y, en la actualidad, los únicos embalses españoles que superan este umbral son los de Galicia, Asturias y País Vasco, donde las reservas de agua están por encima del 70%.
Asimismo, en los de la Comunidad de Madrid, Castilla y León, La Rioja y Aragón, las reservas hídricas están por encima del 60%.
Las ausencias de precipitaciones mantienen en vigilante a las comunidades de Toledo, Ciudad Real y Teruel. En estas zonas, llevan entre 89 y más de 100 días lluvia relevante, según análisis de El Tiempo. Allí alcanzan los 101 días no han visto llover de forma relevante en 2023.
La sequía en España, alimentada por una falta prolongada de lluvias, se observa a diario en los instrumentos de medición. Y en la preocupación creciente de las actividades productivas del campo.
En Teruel sólo se ha recogido algo más de 6mm de precipitación este año. Es el registro histórico más bajo para un período desde el 1 de enero hasta el 11 de abril. En Toledo esta situación también es notable y en puntos de Ciudad Real, donde llevan sin ver lluvia desde inicio de año.
En otras amplias regiones de la España peninsular llevan también 30 días o más sin ver lluvia. Y en las islas Canarias rondan los 50 a 60 días en la mayoría de islas. La única excepción relevante se da en el norte peninsular. En general, hablamos de rachas sin lluvia relevante que apenas llegan a los 10 a 20 días y que quedarán truncadas en próximas jornadas.
“La situación es muy complicada en este momento», dijo Juanjo Álvarez, secretario de organización Asaja al analizar la realidad del sector agrario y ganadero en medio de una sequía prolongada.
Tanto es así que el presidente de esa agrupación, Pedro Barato, pidió al gobierno convocar la Mesa Nacional de la Sequía. “La alarmante situación de falta de precipitaciones y los bajos niveles de agua embalsada hacen necesaria la adopción de medidas urgentes. En coordinación con el resto de administraciones autonómicas y locales”, argumentó.
Son muchas las zonas del país en las que la falta de agua junto con el aumento inusual de las temperaturas está causando pérdidas irreparables en muchos cultivos, comentó. Es el caso de los cereales y las leguminosas, tanto en su rendimiento final como a nivel económico. Los cultivos leñosos también están teniendo muchos problemas.
La ganadería está igualmente sufriendo las consecuencias de esta falta de agua y las producciones de pastos y forrajes se están viendo muy diezmadas. Con la consecuente necesidad de suplir esta carestía con el empleo de piensos compuestos que no hacen más que incrementar los costos de producción para los ganaderos.
Pedro Barato recordó que la falta de rentabilidad de las explotaciones ganaderas viene siendo denunciada desde hace meses. Y las producciones ganaderas están sufriendo un severo recorte. Con implicaciones en el encarecimiento de estos productos en el mercado.
“Tengamos presente que el pasado año ya fueron varias regiones de nuestro país, en especial de la ‘España seca’ las que sufrieron una pertinaz sequía. Y si este año se repite la situación habrá un considerable número de explotaciones que se verán abocadas al cierre”, indicó.
Además reveló que los embalses de uso consuntivo -aquellos cuyo fin es el consumo humano y la agricultura- se encuentran al 43,3%. Por ello, los cultivos de regadío se van a ver seriamente comprometidos. Son ya varias las comunidades autónomas que están abordando este asunto con decretos sobre sequía. Es necesario tratar esta cuestión desde un punto de vista global, manifestó.
Informes científicos afirman que el cambio climático expone al toda la región del Mediterráneo a un régimen de lluvias cada vez más incierto. Así como un avance desbocado del riesgo de sequía. En España, de seguir así, se pronostica que más del 70% de la Península Ibérica está en peligro de sufrir desertificación.