Debieron transcurrir 10 años de negociaciones para que los Estados miembros de la ONU llegaran a un acuerdo para proteger los océanos. El Tratado de Alta Mar de la ONU tiene como objetivo que para salvaguardar la naturaleza marina en 2030 el 30% de los mares del mundo sean áreas protegidas. Actualmente, menos del 1% de las aguas están protegidas.
Las negociaciones para hacer cumplir el Tratado de Alta Mar comenzaron en 2012. Sin embargo, se detuvieron varios años por desacuerdos de financiación y derechos de pesca. Durante el fin de semana, bastaron 38 horas de conversaciones para que se aprobara en la sede de la ONU en Nueva York. No tan r+apido. Los países deberán reunirse otra vez antes de implementar el tratado.
Actualmente, dos tercios de los océanos del mundo se consideran aguas internacionales. Esto significa que todos los países tienen derecho a pescar e investigar allí. Por supuesto las naciones más ricas tienen más oportunidad de hacerlo porque tienen los recursos y la financiación. Mientras que las naciones más pobres llevan años discutiendo para que los beneficios que encuentren en esas aguas se compartan por igual.
Hace 40 años se firmó el último acuerdo que protegía los océanos. Se trata de la Convención de las Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar, firmado en 1982, en Caracas, que estableció un área llamada Alta Mar en la que todos los países tienen derecho a pescar, navegar e investigar. Pero solo el 1,2% de estas aguas están protegidas. El resto de vida marina se encuentra en riesgo por el cambio climático, la sobrepesca y el tráfico marítimo.
El Tratado de Alta Mar permite que se pongan límites a la cantidad de pesca, las rutas de navegación y las actividades de exploración como la minería en aguas profundas. «Cualquier actividad futura en las profundidades del fondo marino estará sujeta a estrictas regulaciones ambientales y supervisión para garantizar quehagan de manera sostenible y responsable», dijo la Autoridad Internacional de los Fondos Marinos.
Desde el Centro para la Concienciación, Investigación y Educación Oceánica, su director ejecutivo Christopher Chin, aseguró que «el mundo ha dado un gran paso salvaguardar al menos al 30% de la altamar para 2030».
La Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza, en su última evaluación de las especies marinas globales, encontró que casi el 10% de la vida marina en el planeta está en riesgo de extinción. El Dr. Ngozi Oguguah, director de investigación del Instituto Nigeriano de Oceanografía e Investigación Marina, dijo que las principales causas de extinción son la sobrepesca y la contaminación. «Si tenemos santuarios marinos protegidos, la mayoría de los recursos marinos tendrán tiempo de recuperarse», comentó.
El cambio climático es el causante de que el 41% de las especies (42.108 de 150.388) se encuentren amenazadas y se mencionan en la Lista Roja de la UICN. «Un poco más de una cuarta parte del dióxido de carbono emitido en realidad está siendo absorbido por el océano. Eso hace que el océano sea mucho más ácido, lo que significa que será menos productivo y pondrá en peligro ciertos especies y ecosistemas», explicó Minna Epps, jefa del equipo de océanos del organismo.
Según la UICN el 44% de las especies de mariscos abulón, los tiburones, las poblaciones de dugongos, el coral pilar y las ballenas han estado bajo una presión particular debido a su alto valor como mariscos y drogas.
Existen también impactos potenciales como la minería en aguas profundas. Grupos ambientalistas advierten desde hace años de los posibles efectos de la minería, como la alteración de los sedimentos, la creación de contaminación acústica y el daño a los criaderos.
Aunque se considere un tratado histórico, la implementación del Tratado de Alta Mar no será suficiente para solucionar el problema de los océanos. El cambio climático avanza con rapidez y que la vida marina esté protegida implica que también se cumplan otros acuerdos globales más ambiciosos, como el Acuerdo de París. Para Epps es fundamental «tener sinergia y colaboración» entre estos diferentes acuerdos multilaterales. Sin ellos será imposible salvaguardar la naturaleza marina para 2030.
Por su parte, Laura Meller, de la organización Greenpeace, dijo que es necesario que los países adopten formalmente el Tratado de Alta Mar y deben ratificarlo «lo más rápido posible para que entre en vigor y garantizar los santuarios oceánicos totalmente protegidos que nuestro planeta necesita».