Cartaojal es una localidad malagueña perteneciente al municipio de Antequera. Una pequeña y apacible comunidad, ubicada en un cruce de caminos entre Villanueva de Algaidas, Archidona, Cuevas Bajas, Mollina y Antequera, en el centro de Andalucía, que no puede guardar su molestia por la perturbación que les espera. Cartaojal ha sido escogida para levantar macroplantas solares que, según los vecinos, perturbará la actividad agraria y la tranquilidad hogareña.
La población inquieta y sorprendida protesta en las calles desde hace varios meses. No quieren que les instalen grandes parques fotovoltaicos al lado de sus viviendas. Cinco proyectos tienen distintos estados de tramitación y pese a las constante protestas que organiza la plataforma Cartaojal sin parques votovoltaicos, “los proyectos siguen su curso y amenazan con dejar esa pedanía de Antequera literalmente rodeada de placas solares”.
Ángel López, uno de los impulsores de la plataforma, dijo que el objetivo de organizarse es visibilizar su postura contra la intimidación y de hacer llegar el reclamo los que hasta los pueden cambiar las cosas y detener el atropello a nuestra comunidad y su entorno natural.
Solo el proyecto de la planta fotovoltaica de Guadacano arrancará 20.000 olivos de manera arbitraria, lo que significa acabar con su medio de vida y su entorno natural y paisajístico. La placas fotovoltaicas ocuparán la extensión de 1.000 campos de fútbol. La población está a favor de de la transición energética y la ruta verde, de los «Renovables sí, pero no así». Debe ser sin intimidación, sin atropellos, y sin que sea a costa del medio de vida, de los olivares y de la tranquilidad de sus hogares.
“La proliferación de plantas solares amenaza nuestra forma de vida, nuestros trabajos y el ecosistema del que formamos parte”, insisten.
Una de las principales cuestiones que mantienen a los vecinos en alerta es la superficie de las plantas y su proximidad al anejo. Cartaojal se extiende a lo largo de un kilómetro y se han contabilizado unos cinco kilómetros de macroplantas solares valladas a unos doscientos metros de las viviendas. “Solo veremos un mar negro fotovoltaico al norte de Cartaojal y el terreno no servirá para fines agrícolas. Una calamidad para una comunidad que vive de los puestos de trabajo agrícolas», denuncia López. El impacto social es espeluznante.
Se va a hipotecar el futuro de Cartaojal durante un mínimo 30 años. Se impedirá su crecimiento y desarrollo. Donde no hay trabajo, la gente no se queda, y aunque no todos viven del campo y el nuevo centro logístico cree empleo, el boom de los parques solares está potenciando la España vaciada”, critica.
Otro de los perjuicios naturales que suponen las plantas solares es que afectan la supervivencia del aguilucho cenizo. Una especie de ave que nidifica en zonas próximas a Cartaojal que será afectada con la alteración del entorno donde actualmente obtienen su alimento. Supondrá la desaparición de esta especie en Antequera.
Las 5 macroplantas solares en Cartaojal cuentan con una media de 50 megavatios de potencia cada una y suman cerca de 30.000 módulos. Ahora mismo están comprobando la viabilidad del terreno. De hecho, desde el Ayuntamiento de Antequera le han trasladado que todavía no hay licencias de obras concedidas.
En marzo, miembros de la plataforma mantuvieron una reunión con el alcalde de Antequera, Manuel Barón, que había manifestó la postura favorable. Se comprometió a realizar una visita a la pedanía y estudiar los intereses de los vecinos.
Además, representantes de la plataforma reiteran que no están en contra de las energías renovables, sino de su ubicación. La legislación debe impedir que las instalaciones se hagan de manera “indiscriminada y descontrolada y afecte a quien afecte».
«Hay mucha permisividad y no queremos que se entreguen licencias y que se aplique una legislación que proteja la naturaleza, los puesto de trabajo y la riqueza paisajística de la pedanía. No queremos que sigan preguntando por terrenos en Cartaojal para instalar más parques solares”, subrayó López